Bartomeu se agarra a la figura de Koeman

bartomeu

bartomeu / sport

Lluís Mascaró

Bartomeu se esforzó ayer en defender su decisión de no dimitir ni ahora ni en octubre, después de la asamblea. El presidente presentó como un acto de responsabilidad la determinación de no adelantar las elecciones a pesar del clamor popular en su contra. Según Bartomeu, que él y su junta directiva sigan hasta el mes de marzo solo genera beneficios para el club y para los candidatos a sustituirle. Especialmente en plena crisis por el coronavirus.

Es su opinión, perfectamente respetable. E, incluso, entendible cuando se analizan con detalle las fechas: la Liga empieza en tres semanas y no hay tiempo material para unos comicios antes de que arranque la temporada. Dejar decisiones tan trascendentales como la profunda renovación de la plantilla o el cierre del ejercicio económico en manos de una junta gestora sería también un error. Pero cuesta asumir que el máximo responsable (porque lo es) de la situación actual tenga que seguir en el cargo para no provocar un vacío insensato. Dando por buena esta argumentación, lo único que se le puede exigir a Bartomeu es que no tome medidas (deportivas, económicas e institucionales) que  hipotequen al próximo presidente.

Dicho esto, el fichaje de Koeman se antoja como el más acertado para afrontar la tremenda limpieza que necesita el vestuario del Barça. Bartomeu se agarra al héroe de Wembley como tabla de salvación. Tiene la personalidad y la experiencia necesarias para el reto. Y, por supuesto, un currículum futbolístico que le permitirá mirar de tú a tú a las ‘vacas sagradas’ que se queden en la plantilla. Que no serán muchas. Porque, como dijo Bartomeu, la renovación de la plantilla será todo lo profunda que sea necesario.

Incluso reconoció que puede ser dolorosa. Con nombres como los de Luis Suárez, Jordi Alba o Sergio Busquets (además de los ya conocidos de Rakitic, Arturo Vidal, Umtiti, Junior, Neto...) encima de la mesa. Koeman será quien afronte esta responsabilidad. Una limpieza que será tan completa como difícil de ejecutar. Futbolistas muy veteranos, con contratos largos y fichas muy altas... La consecuencia de ir con tres años de retraso.