Un Barcelona triste y fundido

Barça - Celta

Barça - Celta

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El Barça de ayer fue un equipo triste y fundido, que no pudo con un Celta que casi estaba de vacaciones. El primer tiempo resultó aceptable con una muy buena presión tras pérdida en ataque, fruto de la cual llegó el gol del Barça tras un excelente centro de Busi, rematado de cabeza por Messi. Todo estaba funcionando; el Celta no llegaba al área de los de Koeman y estos mandaban en campo rival. Pero, como suele pasar muy a menudo en esta recta final de temporada, al Barça le marcan gol con muy poco, casi con nada, y el equipo cambia de cara y todo lo que había hecho bien, desaparece. Ter Stegen lleva partidos sin estar fino, pero sus compañeros de zaga poco le ayudan, y ante cualquier revés aparece la mala cara del equipo. Imprecisiones, errores delante y atrás y muestra de todas las carencias que ha tenido el equipo durante la temporada.

CAMBIOS QUE NO MEJORAN

Como ya ha sucedido en otras ocasiones a lo largo de la temporada, los cambios volvieron a no mejorar al equipo cuando Ronald Koeman intentó cambiar la trayectoria del partido y dejan en evidencia los errores de planificación que se cometieron en el inicio de temporada. La derrota en el Camp Nou supone un triste adiós en una campaña que, pese a la conquista de la Copa del Rey, es para olvidar. De cara al próximo curso, queda mucho trabajo por delante y, teniendo en cuenta las circunstancias, es muy importante que los nuevos responsables acierten en la construcción del equipo. Quiero decir que no se debe pensar únicamente en el ataque y en fichar jugadores de corte creativo. Todo buen equipo debe tener muy buenos jugadores también en defensa, pues es desde atrás como se construyen los conjuntos que al final son campeones.

La clave: una vez más, la imagen del equipo fue muy distinta en el primer y en el segundo tiempo.