El Barcelona no puede vivir de la historia

El Barça fue eliminado de la Champions

El Barça fue eliminado de la Champions / EFE

César L. Menotti

César L. Menotti

La dura derrota del Barcelona ante el Bayern Munich por 2 a 8 nos dejó tocados a todos. No existe tal diferencia entre un equipo y otro. Hay una diferencia si en el funcionamiento colectivo entre un equipo y otro, y esto lo advertimos en esta columna desde hace tiempo. El equipo culé puede sostener partidos durante quince minutos y Bayern juega los noventa a un ritmo y una intensidad propios de un equipo que tiene las ideas claras aunque no tenga grandes estrellas. Al final del partido me sentí tan dolido como los futbolistas por una derrota histórica que sería difícil de olvidar. Esta generación no se merecía un fin de ciclo así. La tarea de recomponer a un equipo requiere de ideas muy claras en la conducción.

El Barcelona se alejó hace tiempo del modelo de trabajo y de éxito que coronó dentro de la linea futbolista Pep Guardiola. Los cambios radicales que se realizaron en la conducción cinco responsables técnico en seis años, y cuatro entrenadores en seis temporadas explican en gran medida porque el club parece perdido. Era imposible que esa confusión en la dirigencia no se trasladara a a la cancha.

Cuando Guardiola se marcho con todos los éxitos logrados, dio la impresión que los dirigentes en lugar de hacer un análisis del esfuerzo, del rumbo que había que tomar para continuar en esa línea sintieron la obligación de marcar su impronta y distanciarse del camino, incluso de la defensa del estilo que tiene su basamento histórico en el fútbol que pregonó Cruyff.

Distanciados de la idea, entraron en la búsqueda del éxito intentando cubrir urgencias. Hubo demasiadas interrupciones y cambios y no es fácil encontrar en la historia un equipo con una línea de continuidad de éxito si no se defiende desde otro lugar que no sean las contrataciones. La dolorosa derrota era impensada, pero el Bayern Munich es un gran equipo. Tiene una historia futbolística, y una concepción de juego que se ha ido consolidando desde ya hace un buen periodo de tiempo.Ha sido protagonista de la historia del futbol mundial, pero desde Heynckes con quien el Bayern consiguió la Champions League 2012/2013, pasando por Guardiola hasta el entrenador actual el joven Hansi Flick, el club ha mantenido una línea de trabajo. Es un gran equipo que se ha defendido desde un estilo. Es un mérito también de la conducción esa estabilidad en el trabajo. Todo lo contrario a lo sucedido en el club culé.

El Barcelona hace tiempo busca el equipo que lo represente desde la idea de juego. Tiene un peso histórico por el peso del éxito de Guardiola. El equipo de Luis Enrique jugó muy bien, tenia una idea, pero sobre todo tenían la obligación de ganar. Y esto es difícil de sostener en el tiempo. Hace tiempo ya que se pretende que el funcionamiento del Barcelona se sostenga en Lionel Messi, pero nunca un jugador define la concepción del equipo sino que es al revés. Y no alcanza con el mejor jugador del mundo si no se acompaña con una idea clara desde la conducción con un proyecto deportivo, y desde el equipo con el sostenimiento se una idea de juego que pertenece a la identidad del futbol blaugrana. Guardiola dejó al club con una concepción de juego avalada por el éxito. ¿Porqué cambiar drásticamente? Había una dirigencia que debía respaldarla con sus decisiones. Jugar bien y ganar, no al revés.

Particularmente me llamó la atención la poca respuesta anímica del equipo. La desazón en cada gol del Bayern, la impotencia. Más allá de la categoría del adversario, son esos partidos que n o se repetirán nunca más. Ni siquiera contra un equipo mucho mas débil. Son partidos que obligan a un análisis muy profundo porque la derrota tiene un costo muy alto que no pueden asumir únicamente los jugadores y el entrenador, ahora cesado. No se trata de tirar todo por el aire, porque atención no hay tantos jugadores que puedan resolver los problemas futbolísticos del Barcelona. Y si la conducción no tiene claridad al fin y al cabo terminará sucediendo lo mismo que hasta ahora: buscar en el mercado soluciones drásticas que no conducen a nada. Si se va Piqué por ejemplo, ¿quien viene? Hay que encontrar una motivación y una idea y ser fuerte en la conducción hasta lograr el objetivo.