El Barcelona, un mal resultado para corregir a tiempo

Yerry Mina celebrando uno de los goles ante el Villarreal

Yerry Mina celebrando uno de los goles ante el Villarreal / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

En un mundo de altas presiones como las que sufre el Barcelona por su lugar en el fútbol de élite es lógico que se le pida ganar siempre. Pero el resultado adverso contra el Levante, no es más que un partido sin riesgo, que puede herir el orgullo por el resultado pero que solo sirve para sacar algunas conclusiones para lo que viene, y poco más. El Barcelona ya es campeón de Liga. La Liga no existe más. Ya la ganaron. Los jugadores internacionales ya están pensando en el Mundial.  Y el club y la Secretaria Técnica seguramente en como proyectar el futuro sin Andrés Iniesta. No se consigue un Iniesta todos los días. 

Me da la impresión que a Dembélé hay que empezar a prepararlo para que pueda tener otro vuelo, que se convierta en más que un win derecho y que pueda aportarle brillo al equipo. 

Leo que le caen las críticas a Yerry Mina y a la defensa. No es un mal jugador. Hay que analizar que el Barcelona jugó sin sus principales figuras y que el adversario jugó un buen partido. No es equivalente esta derrota a la sufrida con la Roma por la Champions. El equipo de Ernesto Valverde ha jugado bien muchos partidos, pero hubo otros que jugó mejor por la calidad de sus jugadores que por el sistema. No le quitemos mérito al Levante. El Barça no es un equipo invencible. Y cuando un rival lo presiona arriba y le juegan mano a mano, el equipo a veces no achica bien los espacios. 

Para algunos jugadores este partido fue la posibilidad de mostrarse como titulares e intentar expresarse como jugadores para poder ser tenidos en cuenta en el futuro. Y esa situación gravita en el rendimiento del equipo tanto como la ausencia de sus figuras para que esos futbolistas se acoplen mejor al colectivo. El Barcelona tiene un sonido con notas propias. Los entrenadores que han intentado modificar la sinfonía fracasaron. Sin Andrés Iniesta, y sin Lionel Messi interpretar la melodía de su fútbol es mucho más complejo. Esperemos que la próxima temporada el equipo culé vuelva a sonar como una sinfónica. Los jugadores como Piqué, Busquets, Jordi Alba, Lionel Messi son los encargados de sostener la idea. Ahora estos jugadores necesitan descanso. Tiene la posibilidad Valverde de verlos jugar con sus selecciones. Ya sabemos a qué puede jugar Suárez con Uruguay, pero no sabemos por ejemplo qué hará Tité con Coutinho por ejemplo. Es una buena ocasión ver a los jugadores en sus selecciones para sacar conclusiones. Entiendo que el sentir futbolístico de los catalanes hoy esté dolido por cómo jugó el equipo. Hay una vieja costumbre que exige ganar no de cualquier manera. Y esa representatividad se ve afectada cuando el equipo se desdibuja como sucedió el domingo. Pero no seamos alarmistas. Hay tiempo de corregir la idea, no es un partido definitorio. La liga y la Copa ya se obtuvieron, y ahora es tiempo de trabajar en lo que viene.

Messi ya es bota de oro. Tenemos la suerte que juega siempre o casi siempre. Bate todos los records. Cumplió. Y ahora su cabeza necesita descansar. Liberarse de compromisos para centrarse en el Mundial de Rusia. 

El Barcelona se desdibuja cuando faltan sus jugadores que son la base sólida del estilo. A mi me gusta Dembelé. También Coutinho. Pero hay que tener cuidado este mercado con lo que se compra. Siempre pongo el ejemplo del matrimonio de millonarios que fueron a comprar un jarrón que valía cinco millones de dólares. Y cuando llegaron a la casa no sabían donde ponerlo y el jarrón terminó en el baño. No se trata de comprar por comprar. Si a Pelé lo ubicabas de lateral derecho quizás también hubiera rendido. Pero en esa posición no hubiera sido nunca Pelé. 

Y el Barcelona con su sello necesita jugadores que se adueñen de la cancha pero sobre todo que estén emparentados con el sello de identidad del fútbol blaugrana. Y eso es lo que la directiva del  Barca tiene que lograr en este mercado. Un jarrón en el baño estorba. Ayudar puede ayudar un jugador pero la magnitud del juego del equipo culé obliga a ser más cuidadosos y sensatos que a presumir de billetera.