Al Barça le faltó ambición tras el descanso

El Madrid celebrando el pase a la final

El Madrid celebrando el pase a la final / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

NO SE PUEDEN HACER REGALOS. Los primeros veinte minutos del Barça hicieron soñar hasta al seguidor más negativo. Es verdad que el Madrid empezó el partido muy entonado, con jugadores pequeños en pista, que desajustaron la defensa blaugrana y permitieron a Yabusele ser el amo y señor del juego. Pero, poco a poco, el Barça le fue cogiendo el ritmo al encuentro y, tras varios intentos, acabó desarbolando a los blancos en la segunda mitad. De la mano de un Mirotic infalible, y de un Davies acertado que obligaba a Tavares a salir de la zona, los de Saras me recordaron al mejor Barça de la temporada. Dureza defensiva, rebote y velocidad en las transiciones. Llegar al descanso ganando de once no es ninguna broma. Pero la reanudación fue una pesadilla. El Madrid, con cambios constantes en defensa, endureció el juego y bloqueó al Barça. Apareció Abalde, también un Llull que le ganó el duelo a Calathes y Poirier hizo de Tavares. No hubo respuesta por parte blaugrana. Pareció como si los jugadores de Jasikevicius daban por hecho que la victoria estaba asegurada, y le regalaron al Madrid toda la iniciativa. El parcial del tercer cuarto, 11-26, fue premonitorio y desalentador. El balón perdido de Laprovittola en el último suspiro del cuarto fue un nuevo mazazo. Tampoco desde el banquillo se encontraron soluciones. En varias ocasiones, el cinco en pista no tenía de demasiada capacidad ofensiva y en ataque posicional no hubo manera de sacar ventajas. El definitivo periodo fue un querer, pero no poder. El Madrid siguió con el control, y cuando los blaugranas parecía que tenían opciones de remontar llegaron los errores en forma de pérdidas, descontrol del rebote y tiros fáciles fallados. Una pena. El Barça tuvo el partido en su mano, pero por falta de ambición lo dejó escapar.

NO SÓLO DE MIROTIC DEBE VIVIR EL BARÇA

Demasiadas ausencias de jugadores. Sin duda, la más significativa es la de los hombres el perímetro. Algo deberá hacer Saras para sacar el máximo rendimiento a piezas como Kuric, Abrines o el recién recuperado Higgins. Que Laprovittola sea el dos titular debería ser un recurso y no una constante. Tampoco está en su mejor momento Jokubaitis. Nervioso y poco clarividente. Ante este panorama, las rotaciones son escasas y ello provoca cansancio y errores. Tampoco Saras contó con Smits y Hayes. El partidazo de Mirotic limitó sus minutos. En fin, la verdad es que el Barça no ha llegado en su mejor momento a la Final Four. Y mientras las cosas fueron rodadas, el equipo se sintió bastante cómodo. Pero en los momentos de dificultades, faltaron argumentos para estar a la altura y dar réplica al juego más equilibrado del Madrid. Un problema a resolver para lo que queda de temporada. Vi demasiadas caras largas en el banquillo durante el partido y, por tanto, es preciso que el equipo recupere la alegría y el descaro que ha caracterizado su juego durante gran parte del año. El batacazo es de los que duelen. Perder una semis de la Final Four ante el Madrid es muy duro. Pero no queda otra que mirar hacia adelante y tirar de orgullo para salir del pozo cuanto antes.