En descomposición

Griezmann está en racha goleadora con el FC Barcelona

Griezmann está en racha goleadora con el FC Barcelona / AFP

Carles Sans

Carles Sans

Antoine Griezmann admitió la falta de ganas de correr, de defender o de atacar. Este equipo lleva tres entrenadores desde que se fue Luis Enrique, de los cuales, Valverde vivió los últimos coletazos de éxito y, tras su criticable marcha del club, el equipo empezó a dar síntomas de agotamiento mental y los entrenadores que han pasado desde entonces se han ido hundiendo en las arenas movedizas de un equipo en descomposición, una descomposición que se extiende al club. La directiva de Bartomeu salió por la puerta trasera, tenemos una junta gestora dirigida por un Carlos Tusquets machacado por algunos medios porque se ha atrevido a decir la verdad: no hay un duro, el campo se nos cae a trozos y a Messi habría que haberle vendido el año pasado. En esta situación se presentan nueve personas que se supone que llevan una solución bajo el brazo; no les arriendo la ganancia.

En cuanto a Koeman, se le empieza a poner la cara de Valverde y la de Setién a la vez, porque ve cada vez más difícil mantener el equipo a flote. Si la situación no mejora, seguro que dejará de ser el entrenador por quien apuestan algunos aspirantes a la presidencia. La situación del equipo es sobre todo triste. Ver perder tres a cero en el Camp Nou un partido de Champions, con goles de Cristiano, a cuatro meses de aquel ridículo histórico del 2 a 8 ante el Bayern, es desolador. Como lo fue el partido contra el Cádiz. ¿Iremos a vergüenza por partido a partir de ahora? La solución pasa por los jugadores, quienes discuten el sistema de Koeman; bueno pues, con tal de no seguir con esta deriva bochornosa, que sus señorías nos digan qué sistema quieren y lo aplicamos. ¿Hay Liga? Sí. Como hay fenómenos paranormales. ¿Hay posibilidades de ganar la Champions? Las mismas que tendría el Tío Faja de ganar las elecciones a la Presidencia. De todo esto, solo hay una cosa de la que me alegro, y es que no haya público estos días en el Camp Nou. ¿Se imaginan la pañolada, el griterío, el deprimente enfrentamiento que se hubiera vivido, entre afición y Bartomeu, primero, y después entre culers y equipo? ¡Menos mal!