El Barça de Xavi y las comparaciones

El juicio al equipo está más atravesado por el recuerdo del mejor Barça que por un pasado reciente mucho más terrenal

Xavi Hernández, a su llegada a la sala de prensa este viernes

Xavi Hernández, a su llegada a la sala de prensa este viernes / David Ramírez

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Al Xavi entrenador le juega una mala pasada haber sido protagonista de la Edad de Oro del Barça. Su nombre siempre convoca una rareza: un equipo genuino que definió una época por resultados, pero sobre todo por su estética. El juicio al Barça de ahora está más atravesado por el recuerdo de esa época que por un pasado reciente mucho más terrenal, que debería ser el punto de partida de cualquier comparación. 

Es cierto que hay una brecha entre el relato de Xavi y el juego del equipo, pero también que se han dado pasos adelante desde que cogió el banquillo. El Barça avanza hacia el título aunque no sigue un camino recto. Hay días que camina seguro y transmite grandeza. En otros da tumbos y amaga con caerse. Los números son, en este sentido, muchos más rotundos que el juego. Es un Barça que aún no tiene la regularidad de los equipos maduros, pero que maneja algunos de sus hábitos en LaLiga. Dos muy significativos: ser capaz de ganar en partidos sin brillantez y crecer desde la contundencia defensiva

Victorias como las de Montilivi invitan a una lectura resultadista, pero son precisamente los resultados los que te permiten trabajar en la continuidad del juego. Y en eso anda Xavi, que tuvo el encargo más difícil: reconstruir un Barça sin Messi. Lo está intentando en una época distinta, donde ningún equipo logra el dominio arrollador del Barça de Guardiola ni su excelencia. En esa búsqueda se encuentra Xavi, que poco a poco ha ido implantando la fórmula de los cuatro centrocampistas. Una medida más para estrechar la brecha entre lo prometido y la realidad.