Este Barça vuelve a ser el Barça

Ansu, antes de entrar al césped en el Clásico

Ansu, antes de entrar al césped en el Clásico / Vamos

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El 13 de mayo se cumplen 120 años del primer clásico. La centenaria historia de los Barça-Madrid es la historia de una rivalidad apasionante. La más grande del mundo del fútbol. Con épocas triunfales para uno y otro equipo. Pero con una gran igualdad global: 100 victorias para los blancos y 96 para los blaugranas. Ayer, en un escenario tan exótico como incomprensible, se disputó el partido número 248 entre estos dos clubs gigantes, majestuosos. Riad acoge una Supercopa de España que nos brindó el primer clásico del 2022 en un duelo de semifinales que tenía al Madrid como gran favorito. No en vano, los blancos habían ganado sus últimos cuatro enfrentamientos. Y los blaugranas son un equipo en construcción que lucha por superar la triple crisis deportiva, económica e institucional que ha asolado el club culé.

Xavi decía en la previa del encuentro que este clásico podía ser un punto de inflexión a partir del cual crecer y resucitar. El técnico del Barça era consciente de que un triunfo ante el Madrid podía rearmar moralmente a su equipo, necesitado de victorias estimulantes. Y nada mejor que derrotar a los blancos para iniciar el despegue definitivo. Por eso no dudó en hacer debutar a Ferran Torres solo unas horas después de haber superado el COVID y lograr su inscripción oficial. Toda una declaración de intenciones de la trascendencia que va a tener el flamante fichaje del mercado de invierno en el nuevo Barça. Que tendrá porque ayer, falto de ritmo y de conexión con sus compañeros, Ferran Torres fue sustituido al descanso. Lógico. Necesita recuperar sensaciones y adaptarse. Pero lo hará rápido.

Tan rápido como el regreso de los lesionados Pedri y Ansu Fati, que jugaron la segunda parte tras muchos meses de ausencia. Pedri volvió a demostrar su talento mayúsculo (mucho mejor que el desconocido Frankie De Jong) y Ansu hizo despertar la ilusión de los culés con su tanto. Sin embargo, este Madrid tiene demasiado oficio para un Barça en construcción. Sobre todo porque tiene dos futbolistas, Vinicius y Benzema, en estado de gracia. Además, el conjunto blaugrana todavía está muy tierno y este duelo de la Supercopa llegaba demasiado pronto.

Pero el Barça dejó detalles muy esperanzadores, demostrando que empieza a estar de regreso. Y que puede competir. Jugó mejor que el Madrid en la segunda parte y durante la prórroga. Siendo fiel a su estilo. Y mostrando un fútbol brillante. No se ganó el clásico, pero el triunfo moral es inapelable. El Barça vuelve a ser el Barça.