Un Barça triste e impotente

El Barça jugó un mal partido ante el Slavia de Praga en el Camp Nou

El Barça jugó un mal partido ante el Slavia de Praga en el Camp Nou / sport

Lluís Mascaró

El Barça tenía ante el Slavia un doble objetivo: lograr la clasificación virtual para los octavos de final de la Champions y hacer olvidar la penosa imagen ofrecida en el campo del Levante. No consiguió ni lo uno ni lo otro. Solo pudo sumar un punto (que le permite seguir líder, eso sí) y fracasó estrepitosamente en su intento de cambiar su triste dinámica futbolística. Porque el Barça jugó su peor partido de la temporada en el Camp Nou ante un Slavia más valiente, más intenso y tácticamente mucho mejor trabajado.

El Barça vive desde hace demasiado tiempo agarrado al resultadismo. Olvidado ya el estilo, la manera de ganar no importa. Se busca el triunfo como satisfacción inmediata sin pensar en construir un proyecto. Valverde se siente impotente para buscar soluciones al desconcierto generalizado y la mayoría de los jugadores (algunos en muy baja forma) ofrecen una imagen de indolencia incompatible con la camiseta blaugrana. La única esperanza es que Messi resuelva todos y cada uno de los partidos. Y eso, lógicamente, es imposible.

El Barça es líder en la Liga. Y también en la Champions. Pero no por méritos propios. El único consuelo es que los rivales están igual o peor. Y en este conformismo no se toman, desde hace ya demasiado tiempo, las decisiones estructurales que necesita esta plantilla. Empezando por un entrenador superado por los acontecimientos y acabando por unos jugadores que parece que se han cansado de esforzarse para intentar ganar. Así las cosas, soñar con los títulos se antoja una quimera inalcanzable. Se pueden ganar partidos, pero eso, como ya hemos visto en las últimas temporadas, al final no sirve de nada. Bueno sí, para alargar la agonía de un Barça en descomposición.