El Barça tiene un serio problema con Griezmann

Antoine Griezmann supera a Reina para lograr el primer gol en el Barça-Mallorca de la Liga 2019/20

Antoine Griezmann no está cuajando una buena temporada en el Barça, ofreciendo su talento a cuentagotas / VALENTÍ ENRICH

Toni Frieros

Toni Frieros

La obligación de un entrenador, ¡faltaría más!, es defender a sus jugadores ante la opinión pública (¡ay, esa prensa canallesca!) a pesar de que a veces digan públicamente todo lo contrario de lo que piensan en privado. La de un club, también: sostener y apoyar a quien, de algún modo, forma parte del patrimonio de la entidad. Incluso la afición, igualmente, ha de estar al lado de los suyos. Por fidelidad, por amor a unos colores y a un escudo. “Uno de los nuestros”, ya conocen la retahíla… Sin embargo, la excesiva condescendencia es, en muchos casos, uno de los peores errores que pueden cometer los entrenadores, los clubs, las aficiones… y también los medios. 

Y eso, exactamente eso, es lo que está ocurriendo con Antoine Griezmann, el campeón del mundo francés, santo y seña del Atlético de Madrid, que aterrizó en el Camp Nou en julio del último verano a cambio de 120 millones de euros… más una ‘prima’ de otros 15 millones para evitar litigios entre ambos clubs que se disfrazó como “derecho de tanteo” por algunos futbolistas colchoneros.

Con Griezmann, ni más ni menos, viene ocurriendo lo mismo que con ese brillante estudiante que está capacitado para sacar siempre notas sobresalientes y se conforma con ir aprobando el cursoNo, el Barça no le ha fichado para que sea uno más, para que pase la mayoría de partidos sin pena ni gloriaHa venido para marcar diferencias desde el primer día, para ser un futbolista determinante y una amenaza constante para las defensas rivales, como demostró Neymar vestido de azulgrana. Es decir, rendimiento inmediato, como sostenía siempre Zubizarreta en su época de director deportivo.

Se creía, acertadamente, que junto a Leo Messi y Luis Suárez, el Barça tendría la mejor delantera del mundo. A priori, por nombres, así debería ser. Sin embargo, ese extraordinario tridente está cojo porque una de sus ‘patas’ no acaba de estar a la altura de la fama que le precedía, de las expectativas que se habían creado y, también, por el dinero astronómico que costó… y que cobra.

El segundo mejor pagado

No olvidemos que el galo es el segundo jugador mejor pagado de la plantilla del Barça. Gana más dinero que Salah, Mbappé o Lewandowski… por lo tanto, es de justicia que su rendimiento, una vez superada la ‘cantinela’ de la fase de adaptación, esté en concordancia.

Los más duchos en la materia sostienen que el problema de Griezmann es de ubicación. Dicen que en la Real Sociedad y en el Atlético nunca jugó de delantero centro estático, que siempre aparecía en el área contraria arrancando desde atrás, que es un futbolista hecho para el contragolpe. Imagino que cuando el FC Barcelona perdió la cabeza por él durante dos veranos seguidos sabría perfectamente hasta qué marca de mate consume Antoine cada día.

Un equipo como el Barça, que persigue la excelencia y que tiene la obligación de luchar por todos los títulos, no se puede permitir el lujo de que una de sus grandes estrellas todavía no haya dicho “aquí estoy yo”. No tiene tiempo de esperar. Y sí,  menos mal que Griezmann trabaja, es el primero en defender, se deja la piel, es voluntarioso... Nada que objetar. Sí, es verdad. Y digo menos mal, porque de lo contrario estaríamos delante de otro caso Arda Turan. De todos modos, si se le quiere cambiar a pelo por Mbappé o Neymar, “cap problema”.