El Barça tendrá que fichar de otra manera

La crisis del coronavirus no solo redimensionará el mercado de fichajes a la baja sino que además cambiará la percepción de las cifras que manejábamos hasta hora. Los medios, los clubes, los agentes e incluso los jugadores hablábamos todos muy alegremente de fichajes de 20, 30 o incluso 50 millones como si fueran operaciones medianas y se daba por sentado que tal o cual jugador no podía bajar de los 100 millones. Una de las pocas cosas buenas que va a comportar esta crisis es que ya no se frivolizará con cifras tan altas.

En este contexto, el Barça afronta su crisis particular dentro de la crisis general, con un ERTE en el que incluye todos sus deportistas profesionales, incluidos los de sueldos mínimos, y también a todos sus empleados. El club está inmerso en el mismo proceso de reajuste en el que están miles de empresas y de instituciones en todo el mundo, pero por eso mismo deberá ser muy cauto a la hora de cerrar operaciones. Porque esta vez pueden ser los mismos futbolistas, e incluso los propios empleados, los que se subleven ante una inversión millonaria. El contexto de recortes puede hacer casi imposible de entender que se cierren operaciones como las que se han hecho los últimos años (por ejemplo, Coutinho o Dembélé), por mucho que se paguen a plazos o se paguen a cuenta de beneficios futuros.

Es decir, el Barça deberá fichar mejor que nunca pero derrochando lo menos posible. Y, a poder ser, deberá conseguir traspasos con trueques de jugadores y otros recursos que le permitan vender a su masa social y a sus propios jugadores que el recorte que hicieron en su día en realidad no se contradice con la política de fichajes. Los recortes lógicos que el Barça está empezando a explicar le obligan a ser coherente, a tener un discurso muy sólido y a poder presentarse ante su masa social como una entidad ejemplar. Para colmo, tiene que seguir reforzándose y seguir siendo competitivo. El reto es colosal.