El miedo a perder

Leo Messi, expulsado de la Supercopa por un manotazo a Villalibre

Leo Messi, expulsado de la Supercopa por un manotazo a Villalibre

Xavi Torres

Xavi Torres

El marketing lo volvió a intentar pero, de nuevo, fracasó. Se buscaba el punto de inflexión de una recuperación milagrosa del juego azulgrana ganando la Supercopapero este no será posible, como mínimo de momento. Hay discursos que son peligrosos porque por encima de las ilusiones hay un balón que acostumbra a poner las cosas en su sitio. En el fútbol hay que mejorar a base de trabajo y en el Barça, además, de talento y valentía.

No parecen haber quejas en el barcelonismo respecto a lo primero pero sí en cuanto a lo segundo. Ellos no tienen la culpa pero no hay duda de que algunos de los futbolistas del Barcelona han sido muy afortunados gracias a los dudosos ojos clínicos de los últimos responsables técnicos. Finalmente, aunque el trabajo y el talento lo condicionan casi todo, hace falta una mentalidad especial para triunfar en el Barça, entre otras cosas, siendo valiente en la toma de decisiones. En todas las áreas. Como no hay presidente, avanzamos en el debate. El que salga de los comicios lo deberá ser. El entrenador, también. Lo ha sido con Pedri pero no jugando la final del domingo sin Messi, que estaba mermado. Se ve que sin él era imposible ganar.

Más cuestiones: ¿por qué no hubo presión en la salida del balón del Athletic, para ganar espacio y atacar mejor a la espalda de su defensa o para proteger la propia? ¿Y cuál es la intención en los cambios de Pedri y Dembélé por Pjanic y Braithwaite, en el minuto 88 y con ventaja en el marcador? ¡A sacar agua desde la épica! ¿Dónde queda aquello de defender con la posesión del balón? En cuanto a los futbolistas, más de lo mismo aunque no nos sumamos a la idea de que deben poner la pierna como los del Athletic.

Es cierto que hacen falta unos mínimos pero hay perfiles y perfiles y la mayoría de los que corren, saltan y luchan jamás jugarán en el Barça. En el Camp Nou hacen falta otras virtudes más importantes. En cambio, sí se apunta a una mayor concentración tras lo más difícil, marcar el 1-0 y el 2-1. En cuanto a los goles de falta y los problemas en el juego aéreo, ¿qué problema hay en tener jugadores pequeños? ¿Es que la historia no ha servido para nada? ¿No será mejor contar con ellos para jugar y, a la vez, evitar los córners y las faltas laterales para no sufrir más de lo necesario? Adiós al marketing. El miedo a perder es traidor. El balón, por favor, mucha atención al juego porque hoy por hoy (y casi siempre) es la única solución al gran problema del Barcelona.

Los juveniles del B

El filial perdió en Tarragona por 3 a 1 con tres jugadores juveniles titulares y cinco más, en el banquillo. Necesidades ante las adversidades. Los cinco, sin embargo, habían jugado el día antes contra el Europa su partido habitual. Todo en orden.

Los jóvenes del primer equipo

Konrad de la Fuente e Ilaix Moriba viajaron con Koeman para jugar la final de la Supercopa de España pero los dos fueron descartados y no se sentaron ni en el banquillo. Y tampoco jugaron con el B. Por repetitiva, la situación merece un debate interno.

Las elecciones, en marzo

Para el día 7, dicen. No hace falta debatir más sobre la conveniencia o no del aplazamiento porque las posiciones de los tres candidatos están muy claras. Les tocará seguir explicando programas y desarrollando sus estrategias, cada uno la que considere más oportuna. Y si puede ser, proponiendo proyectos más que descalificando los de los demás. Esto último lo sabe hacer cualquiera. En este tramo de elecciones la que ha vuelto a quedar en evidencia es la imagen del club. La batalla de las firmas ha exhibido el escenario prehistórico en el que se mueve la entidad, obligando a los precandidatos a buscarse la vida en Navidad y Reyes; destapando la existencia de paquetes de carnets controlados por unos pocos y que se usan de manera fraudulenta; documentos con papel carbón de por medio con garabatos que son pero que no se corresponden con los que deberían ser; cajas de cartón para llevar los tesoros de aquí para allá con boletos que cambian milagrosamente de candidato sin la intervención del Mago Pop, y precandidatos que no entregan sus firmas o las rompen en la misma cara de los pacientes trabajadores del club. Aunque parezca mentira, esto es Barcelona, enero de 2021, en pleno siglo XXI.

Y un último apunte. No, el problema no ha sido la moción de censura contra Josep Maria Bartomeu. ¿O es que ver cómo está el club no es motivo suficiente para promoverla? La democracia jamás es un problema.