El Barça sufrió más de lo deseado

Dani Alves, en una acción del partido de este miércoles en Linarejos

Dani Alves, en una acción del partido de este miércoles en Linarejos / Valentí Enrich

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El partido de Copa en Linares empezó parejo, porque en este tipo de eliminatorias las diferencias se reducen: la Copa es la competición de los modestos, que se crecen ante rivales más grandes, con el apoyo de su público, conscientes de que están ante uno de los partidos de su vida. Pese al dominio del Barça, al equipo le faltó claridad de ideas en la zona de tres cuartos de campo para romper la buena estructura defensiva que había preparado el entrenador del equipo andaluz.

Apenas contó ocasiones claras el Barça en los primeros compases del partido: pudo comprobar pronto el equipo catalán que no lo tendría fácil para ganar en Linarejos. Un doble error defensivo, primero al dejar centrar sin oposición desde la banda a Carnicer, que veía a la perfección el escenario de sus compañeros en el área, puso un balón a Hugo Díaz, que le ganó la posición a Mingueza: cuando quiso reaccionar el defensa azulgrana, ya era tarde.

La tendencia de los marcadores suele ser mirar al balón y olvidarse del hombre al que deben marcar. Cuando reaccionan, ya les han ganado la posición. Tan mal lo debía de ver Xavi que optó por un triple cambio, con la entrada de hombres muy importantes -Piqué, De Jong y Dembélé-, señal de que veía muy complicada la eliminatoria. Dembélé, como siempre, fue el revulsivo dentro del campo que necesitaba el Barça gracias a su electricidad y, con su primer gol de la temporada, empezó a pavimentar la remontada. La guinda la puso Jutglà, que volvió a hacer méritos con un buen gol. Muy buen partido de Nico como medio más avanzado, recital de cómo debe jugar un mediocentro por parte de Busquets, y aciertos y errores en Alves, que jugando por dentro ofrece una alternativa más.