El Barça sufre ante un Mónaco incómodo

Calathes ante el Mónaco

Calathes ante el Mónaco / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

NO DAR NADA POR HECHO

Le costó, y mucho, al Barça sumar la victoria. Dio la impresión, durante muchos minutos, que los de Saras daban por hecho que el triunfo se quedaría en el Palau. No podemos decir que el equipo no luchara, ni que no apretara en defensa. Pero la sensación de que se sentían superiores y que pensaban que, tarde o temprano, el Mónaco perdería fuelle se vislumbraba en la cara de los blaugranas. Un primer cuarto muy disputado con protagonismo para James y Sanli. El pívot del Barça estuvo muy fino tanto en ataque como intimidando en defensa. Y el incombustible James se hartó de ejecutar acciones de 1x1, o 2x2 que los de Saras no podían colapsar. Fue en el segundo periodo donde el Barça trenzó su mejor juego. Más concentrado detrás y muy atentos en evitar el juego rápido de su rival. No obstante, apareció un sublime Bacon que ejerció de líder de su equipo, aunque se encontró con Exum y Hayes que mantuvieron al Barça marcando el ritmo. Pero, en ningún momento el Barça se mostró tan superior como dar por finiquitado el partido. Además, el Mónaco tiene jugadores de una gran calidad individual, algo anárquicos, y con muchos puntos en sus manos.

AL FINAL SE IMPUSO LA CALIDAD INDIVIDUAL

Tuvo muy claro el Mónaco que tras el descanso debía subir su agresividad defensiva. Un objetivo bastante sencillo para un conjunto tan físico. Puso en práctica una defensa de cambios constantes, mucha presión sobre el balón y un dominio claro del rebote. Le costó al Barça volver al duelo. Suerte que Exum tenía la noche y pudo contrarrestar la excelente aportación de Bacon. Era evidente de que el Barça se iba diluyendo y no encontraba en piezas habituales como Mirotic, Kuric o Laprovittola los puntos que hicieran renacer al equipo. Eché en falta más minutos para Jokubaitis que en sus nueve minutos en pista anotó siete puntos. La sabiduría de Calathes-10 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias- daban un respiro al juego del Barça, pero los blaugranas habían perdido frescura. Algo que aprovechó el Mónaco para ajustar el marcador y poner al Palau en un estado taquicárdico. Una anécdota. Aparecieron las individualidades blaugranas y todo volvió a su cauce. No necesitó el Barça jugar al límite. Se conformó con ir administrando fuerzas y apretar cuando lo necesitó. Una característica de los grandes equipos que se conocen bien.

LOS BLAUGRANAS SE ESFORZARON LO JUSTO PARA LLEVARSE EL DUELO

UN EXUM ESTELAR FUE EL REFERENTE

Pareció que quisiera refrendar su reciente renovación de contrato. Un portento físico de jugador que se vacía en defensa y es casi imparable cuando encara canasta. No obstante, le falta ser más peligroso en su tiro exterior.

EL BARÇA DEBE RECUPERAR SENSACIONES

A rivales más difíciles, mejor rendimiento tienen los blaugranas. Siempre es peligroso no tomarse muy en serio a todos los rivales, ya que el exceso de confianza puede para factura. Y en especial en la Euroliga.