El Barça sucumbe ante un Baskonia más ambicioso

El Baskonia marcó el ritmo

Un partido jugado en un escenario propicio a los intereses de Ivanovic. Nunca jugó cómodo el Barça ante un rival que luchó más que él, que se tiró más veces al suelo a buscar la pelota, y consiguió que los blaugranas acabaran la final anotando únicamente 67 puntos. Ya dijo Ivanovic al llegar a Valencia que venían a ganar el título. Lo logró de manera merecida.

Los hombres de Pesic fueron siempre a remolque en intensidad, acierto y mentalidad. Cada vez que el Barça lograba una mínima ventaja, la respuesta del Baskonia fue endurecer su defensa, meter las manos y obligar a su rival a perder la posesión. Con tantos balones perdidos no es fácil mantener una continuidad en el juego. No se vio a un Barça fluido y dominador. Más bien observamos, sobre todo en el tramo final del partido, a un grupo bastante perdido y anárquico. El buen partido ofensivo de Heurtel tuvo su réplica en Vildoza, pero nadie tuvo respuesta al carácter que imprimió Shengelia.

Mirotic no ejerció de líder

Sin la omnipresencia de Mirotic, el Barça se mostró huérfano de liderazgo. No estuvo fino en ataque el montenegrino y, en defensa, tuvo muchos problemas para controlar los constantes 1X1 que de manera premeditada le planteó Ivanovic. Era cuestión de desgastarle y sacarle del partido.

Y el Baskonia lo logró. Ahora bien, no se acaba de entender el riesgo que Pesic asumió haciendo jugar a su estrella con cuatro faltas ya al inicio del último periodo. El resultado fue su eliminación en el tramo decisivo de la final. Sin el concurso de Mirotic, el Barça navegó en los últimos 5’.

Mucha precipitación y un sinfín de errores provocaron la debacle. Tampoco entiendo como el mejor hombre en ataque, Heurtel, no estuviera en pista en la última y decisiva posesión. Demasiados jugadores blaugranas estuvieron desaparecidos en un partido tan trascendente. El Barça llegó a la final como el grupo más fiable. Pero el Baskonia demostró tener más ambición y ganas.