El Barça se sube al Dragon Khan

El Barça se adelantó en el marcador, pero acabó sufriendo ante un Rayo crecido

El Barça se adelantó en el marcador, pero acabó sufriendo ante un Rayo crecido / sport

Gerard López

Gerard López

El Barça suma una nueva victoria y no solo se afianza como líder sino que incluso coge ventaja con respecto a alguno de sus perseguidores. Es la lectura más positiva de una jornada en la que vivió al filo del alambre. Sufrió demasiado porque volvió a sestear, un problema viejo dada su facilidad por perder el control tras avanzarse en el marcador. Preocupa la falta de regularidad en el juego, la tendencia a hacerlo o muy bien o muy mal. Contra el Tottenham, Madrid o Inter, el Barça sacó una nota próxima al 8 ó al 9, partidos que dejaron un gran sabor de boca. De la misma manera, es capaz de jugar de 3 como contra el Leganés, de 4 como contra el Girona o de 5 como contra el Rayo. El objetivo debe ser jugar de 7 para subir a 8 ó 9 cuando el rival o el partido lo exija y evitar estos desajustes.

Es evidente que entre un grupo de equipos y el otro hay una diferencia de potencial, por lo que es normal pensar que detrás de estas dos caras hay un tema motivacional, psicológico. Puede que haya relajación por la entidad del adversario. No es lo mismo jugar en Leganés o Vallecas que en Wembley. En estos dos campos, sales a jugar, te pones por delante y crees que el partido está acabado cuando solo se ha jugado media hora. Un error. Ya sea porque el rival no tiene nada que perder y se vuelca al ataque o porque le sale bien la presión o porque disfruta de ocasiones de gol, el adversario se crece y va a más. En esas, el Barça deja de tener el control del partido, llega tarde a las coberturas, no gana segundas jugadas, los rebotes son para el rival… Un cúmulo de circunstancias hace que el Barça pase a ir a remolque y no sepa cómo reaccionar. 

Lectura de partidos

Falta intensidad pero también hay un error en la lectura de los partidos porque es justo en ese momento en el que tienen que aparecer los jugadores más experimentados para juntarse, tener la pelota, controlar y dormir el partido. Que es lo que siempre ha hecho bien el Barça. No se pueden perder balones en el centro del campo. Si el rival te viene a buscar con una presión alta, puedes buscar su espalda con balones largos. Son argumentos para asustar al rival y hacerle ver que no las tiene todas consigo. O buscar a Suárez para que aguante el balón. De esta manera, el juego está lejos de la zona de peligro y rompes el ritmo de presión.

Valverde es quien toma cartas en el asunto en ese instante sacando a los peloteros como Arthur, Coutinho o Rafinha poniendo a un pulmón como Vidal o dos jugadores de velocidad como Dembélé y Munir. Así pues, cambio de registro con jugadores nuevos. El Barça cambia de estilo con un juego más directo y centros al área rival, que es donde realmente sufre el Rayo. Así llegó el gol de Dembélé tras un centro de Alba y el de Suárez tras un centro de Sergi Roberto. Con Piqué de delantero centro. Aunque tu estilo esté definido, no veo por qué no recurrir a otras soluciones. ¿Por qué otros equipos pueden hacerlo y tú no? ¿Está prohibido? Sí, es cierto, este no es el juego habitual del Barça pero no nos olvidemos que Cruyff también ponía a Alexanko arriba cuando las cosas se torcían. 

Dicho esto, el Barça debe esforzarse por no vivir pendiente de un alambre, en un Dragon Khan en el que no gana para sustos. Y la solución la tiene en sus manos: Mejor mentalidad en partidos pequeños, control del partido, soluciones a contracorriente.