Un Barça solvente y un Pedri goleador

El Barça celebra su gol ante el Girona

El Barça celebra su gol ante el Girona / Javi Ferrándiz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Dijo Xavi, medio broma y medio en serio, que no ganar en Girona sería una hecatombe. El técnico reflejaba, con su manifestación, el nivel de exigencia que tiene el Barça. Aquí solo vale la victoria. La euforia dura lo que duran los triunfos. De ahí la necesidad de sumar de tres en tres en una Liga que se ha convertido en el gran objetivo de esta temporada. Afortunadamente, el Barça cuenta con la magia de Pedri para hacer más fácil esa difícil misión. La trascendencia futbolística del canario es tremenda en el equipo blaugrana. Y no se corresponde, por supuesto, con su edad. Con solo 20 años, Pedri ya ha jugado 100 partidos con el Barça. Y ayer celebró su centenario culé marcando el gol que daba una victoria imprescindible al conjunto de Xavi. El Barça se coloca, de esta forma, con +6 sobre un Madrid que esta tarde se la juega en el Bernabéu ante la Real Sociedad. No fue un partido brillante de los blaugranas, pero si una cosa tiene este equipo es la solvencia. Una solidez que le ha permitido ya sumar 47 de 54 puntos posibles. En Montilivi tiró de eficacia para solventar el derbi catalán sin ningún sobresalto, más allá de la lesión de Dembélé. Un nuevo triunfo que acerca un poquito más el gran sueño de volver a ser campeón. 

Si la cara del partido fue Pedri, la cruz fue Dembélé. Hacía más de un año que el francés no se lesionaba. Desde noviembre de 2021, coincidiendo con la llegada de Xavi, el extremo no había sufrido problemas físicos. Con el nuevo técnico había olvidado todas las decepciones acumuladas a lo largo de cuatro temporadas. Había ganado protagonismo hasta convertirse en un titular indiscutible. Y el pasado miércoles, 'explotó' con su mejor partido como blaugrana ante la Real Sociedad. Su exhibición futbolística en la Copa fue el punto más álgido de su carrera en el Barça. Y las críticas del pasado se transformaron en elogios. Nadie se acordaba ni de su precio ni de sus indisciplinas. Ni siquiera de los casi 700 días de baja (102 partidos) por culpa de sus lesiones. Todos eran elogios. Y euforia... Hasta que ayer, a los 25 minutos del duelo contra el Girona, Dembélé volvió a romperse. En su mejor momento, su musculatura dijo basta. Otra vez. En esta ocasión fue el cuádriceps izquierdo y, de momento, se desconoce cuánto tiempo estará apartado de los terrenos de juego. Justo cuando el calendario se aprieta más: cinco partidos en los próximos quince días. Una ausencia que Xavi deberá gestionar dando más protagonismo a un Raphinha que, precisamente, fichó el pasado verano para ser el sustituto del extremo francés

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