Un Barça sin rumbo se marcha a casa

LOS BASES Y LOS TRIPLES

El Valencia fue más equipo y llevó casi siempre la iniciativa del partido. Mención especial del duelo para el control que ejercieron en la pista tanto Vives como, en especial, Colom. Hicieron jugar a sus compañeros y superaron con claridad a sus rivales blaugrana. Mientras el Barça se volvió loco durante muchos minutos, y nadie puso remedio a la anarquía, el Valencia jugó con criterio y, por tanto, con más acierto.

El resultado de no tener las ideas claras fue un incomprensible carrusel de triples que reflejó con claridad que los hombres de Pesic no tenían un guion establecido, y que cada cual optó por hacer la guerra por su cuenta. Es incomprensible lanzar 27 tiros de dos y 43 de tres.

Pero tampoco puedo entender que ante tamaño despropósito, con porcentajes paupérrimos, no se optara por jugar más con los interiores. En el último cuarto, Tomic y Davies no jugaron. Mientras que Tobey y unos cuantos jugadores valencianos anotaron a placer cerca de canasta.

UN BARÇA DESCONOCIDO

Este torneo debía ser el del inicio de una nueva etapa de dominio blaugrana. Parece que el equipo aún no está preparado para lograr este objetivo. Ante el Valencia fue casi siempre a remolque en todos los aspectos del juego.

Defendió peor que su rival, bajó en innumerables ocasiones muy tarde en el balance defensivo, no controló ni el ritmo ni el rebote, y la aportación de los hombres de banquillo fue casi inexistente.

Este último aspecto fue también determinante ya que Mirotic no es infalible-Labeyrie le defendió bien-, Higgins y Delaney no estuvieron a gran nivel, Claver anotó triples pero no se fajó cerca del aro y los jugadores de refresco, que podían ser la solución, tuvieron pocos minutos y no estuvieron a la altura.

Ponsarnau le ganó la partida a Pesic siendo más generoso en las rotaciones, y los suyos le respondieron. Hombres como Kuric, Hanga, Abrines o Davies pasaron desapercibidos. Algo que no puede volver a suceder en partidos de tanta trascendencia.