El Barça se siente muy superior al Madrid

Copa Barça

Copa Barça

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

LA TRANQUILIDAD DE SARAS

Me sorprendió la puesta en escena del Madrid. Laso puso en pista un cinco muy alto, con Abalde al base, para poder cambiar siempre en defensa en los 2x2 del rival, evitando así las desventajas físicas cerca del aro. Frente a ellos, el Barça, con tres pequeños por fuera, era netamente inferior en cm y fuerza. Y se notó. El dominio blanco fue abrumador.

Desconcierto culé, pérdidas y falta de control del rebote, que el Madrid aprovechó para acabar el primer cuarto con un 19-5. Los blaugranas no presionaban en defensa, el arbitraje fue muy permisivo para ambos conjuntos, y el Madrid tenía tiempo para pensar. Pero, en la banda no vi a Saras nada nervioso. De hecho, no varió el esquema de su equipo- exteriores pequeños durante todo el partido- y pidió su primer tiempo a falta de 2’ para finalizar el cuarto, cosa que aprovechó Laso para poner a Heurtel en pista.

Mejoró algo el Barça en el segundo periodo, pero los blancos siguieron intimidando cerca del aro y, por ejemplo, Laprovittola era desconectado por una defensa al límite de Taylor. No obstante, el duelo ya era más igualado. Y Jasikevicius, inmutable, parecía tenerlo claro. Creía que llegaría su momento. Tuve al llegar al descanso la sensación de que el Madrid había dejado escapar una gran oportunidad para acabar con la resistencia del Barça.

LOS FANTASMAS APARECEN EN EL MADRID

Es evidente que el Barça le tiene comida la moral a su gran rival. Y, por supuesto, Saras a Laso. Los tiempos muertos explican que en un banquillo hay uno que manda, y en el otro se vive un cierto descontrol. Y, lo mismo sucede en las rotaciones. Pero, la realidad, en el tercer cuarto, era que el Barça se acercaba, pero no acababa de dar el golpe definitivo.

De hecho, cada vez que los blaugranas ajustaban el marcador, acababan perdiendo una posesión, o fallando un tiro fácil. Pensé aquello de que el partido podía durar una hora más, y el Madrid seguiría por delante, todo y los 11 puntos de Mirotic. Me equivoqué. El definitivo periodo, como en las semis, fue demoledor. Un Barça más seguro de sí mismo se comió literalmente a los merengues.

Parcial de 0-7 para empezar, después un triple de Laprovittola- sus primeros puntos- en la cara de Taylor, Laso se empieza a quejar, Jokubaitis culmina dos jugadas estratosféricas de 2 más 1- impertérrito el lituano-, Saras juega al unísono con los tres bases que se meriendan a todos los hombres altos del Madrid, Llull está nervioso, cada ataque blaugrana es positivo, y Mirotic, quién si no, remata al Madrid con un 4 de 4 desde la línea de tiros libres.

El banquillo blanco era un poema. Parecía que, conforme transcurrían los minutos, ya se esperaban un desenlace así. Es complicado luchar contra los fantasmas que te agarrotan la muñeca y la mente. Saras implementó en el duelo decisivo la “táctica del conejo” del querido Manel Comas. Descomunal título para un Barça que sigue marcando un cambio de ciclo, y que tiene por delante un camino esplendoroso por recorrer.

LA MENTALIDAD DEL GRUPO

Ahora a descansar y celebrarlo que bien se lo merecen

EL MADRID EN ESTADO DE SHOCK

No sé qué debe pensar la directiva blanca. Que seas incapaz de ganar un partido así a tu eterno rival, les ha debido de sentar muy mal. Pero es lo que hay. De momento, han de reconocer su evidente inferioridad.