El Barça, en la selva del mercado

Verratti tiene la plena confianza de Neymar, que espera verlo pronto en Barcelona

Verratti tiene la plena confianza de Neymar, que espera verlo pronto en Barcelona / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

La ‘operación Verratti’ avanza lentamente, pero los obstáculos con los que se encuentra el Barça sirven para ilustrar muchas más cosas a parte de la complejidad intrínseca del propio fichaje. Digamos que el asalto blaugrana al centrocampista italiano sirve para ilustrar cuál es la posición actual del Barça en el mercado de fichajes. Porque el club blaugrana está intentando nada más y nada menos que quedarse el mejor jugador de unos de los tres equipos más ricos de Europa en un país donde ni siquiera existe la cláusula de rescisión. La buena noticia es que el culebrón Verratti ha servido para demostrar que el Barça todavía tiene capacidad de seducción, puesto que la estrella del PSG ha dejado ya muy claro que si fuera por él hoy probablemente ya sería blaugrana.

La mala noticia es que este poder de seducción ha dejado de ser suficiente en un mercado donde las cifras que se barajan ponen de manifiesto que el Barça difícilmente puede competir, a la hora de comprar, con el PSG, el City o el United. Difícilmente se fichará a Verratti o a un jugador de primera línea por menos de 90 millones, que es prácticamente el 100% del presupuesto de fichajes del Barça para esta temporada si no se producen ventas suculentas, algo que hasta ahora no ha sucedido. Llegados a este punto, el Barça solo tiene dos opciones: o opta por fichar a jugadores de menos nivel y no titulares (algo que ya se realizó con poca fortuna el pasado verano) o bien se opta por fichar a un solo crack, como Verratti, y se decide apostar por la cantera y dar más oportunidades a los jugadores que hoy están en la plantilla. Es decir, que el Barça debe empezar a plantearse si fichar a Verratti piede implicar, por ejemplo, renunciar a Bellerín y como consecuencia apostar por Aleix Vidal y subir a Sergi Palencia del B en el lateral derecho. Muchos jugadores de segundo nivel o un crack más cantera. La paradoja es que al final será el propio mercado el que obligará al Barça a volver a su propia esencia.