El Barça salva el terremoto; Laporta para bien el golpe

Joan Laporta, en una imagen de archivo

Joan Laporta se mantiene de momento alejado de los focos / VALENTÍ ENRICH

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

La Superliga pudo ser su trono pero se ha convertido en una tragedia. La ambición y el poder han jugado una mala pasada a Florentino Pérez por creerse un ser superior. Pensó que era el Mesías del fútbol pero la soberbia le ha condenado a la mayor derrota deportiva de su vida, una goleada de críticas. Manda en Madrid pero no pinta nada en Europa. Sale en ‘El Chiringuito’ pero le machacan en ‘The Times’ y le descalifican en ‘L’Équipe’, un fracaso que deja su prestigio por los suelos. Quiso emular a Santiago Bernabéu creando una nueva competición europea pero cometió la torpeza de marginar a los aficionados, ignorar a los futbolistas y desoír las redes sociales.

Una idea positiva y necesaria como es renovar y mejorar la Champions ha encallado por culpa de una estrategia de comunicación nefasta y una puesta en escena lamentable. La Superliga de los 3.525 millones de JP Morgan -hasta el propio banco ha reconocido su error de cálculo- está muerta pero ello no significa que todo siga igual en el futuro. La UEFA se tiene que poner las pilas aceptando las peticiones de los grandes clubs aumentando su cuota de poder.

Florentino ha perdido la batalla pero la guerra continúa, es imprescindible conseguir más ingresos y repartirlos mejor. Y los cambios no pueden esperar al 2024 ya que el formato actual está obsoleto como lo demuestra que los derechos de televisión van a la baja. Que nadie lo olvide, las formas son tan importantes como el fondo.

En este terremoto donde el dinero importaba más que la competición, el Barça ha salido vivo sin necesidad de desmarcarse a las 24 horas como hicieron los clubs ingleses en un acto de cobardía. Nadie puede entender que lo que un día era bueno al siguiente fuera malo. Laporta ha sabido mantener el tipo y prueba de ello es que el presidente de la UEFA ha comprendido su postura. Como hábil negociador y astuto estratega, siempre cae de pie. Laporta ha parado el golpe con dignidad y se desmarca de Florentino sin necesidad de apuñalarle por la espalda como otros.

El Barça no se arrepiente de apoyar una iniciativa que buscaba la sostenibilidad económica del fútbol. Tampoco tiene que pedir perdón a los aficionados ya que la adhesión al proyecto estaba supeditada a la aprobación previa de los socios en Asamblea Extraordinaria. La reacción en contra de los fans ingleses ha asustado a los clubs fundadores hasta el punto que un contrato de 167 páginas elaborado a lo largo de dos años ha ido directo a la papelera. Mirarse solo en el espejo de la NBA es un error ya que allí el espectáculo es un negocio y aquí el fútbol vive del sentimiento y pasión de los aficionados.

El experimento fallido capitaneado por Florentino debe servir al Barça para sacar conclusiones y cambiar de estrategia. El club debe estar en primera fila de los organismos internacionales con ejecutivos cualificados. Toca recuperar el poder perdido en la UEFA y ganar protagonismo en la Asociación Europea de Clubes con representantes en las comisiones clave. Viene un futuro de cambio en el mundo del fútbol impuesto por las necesidades económicas. Laporta sabe que la lección aprendida con el naufragio de la Superliga servirá para hacer una Champions mejor. 

¿Dónde estaría el Barça sin Messi?

¿Se han parado algún momento a pensar qué sería del Barça esta temporada sin Messi? A los 34 años sigue siendo de largo el mejor jugador del campeonato, el máximo goleador y el rey de las asistencias. El Barça no sufre ‘Messidependencia’, todo lo contrario, vive de la ‘Messidependencia’. Los que pensaron que después del burofax no sería lo mismo, no conocen al argentino.

Es un ganador nato, un profesional serio y un enamorado del fútbol. Sin sus veinte goles en Liga el equipo ya se hubiese despedido hace tiempo de sus aspiraciones al título y lo tendría difícil para clasificarse para la Champions. Leo sigue marcando la diferencia, ganando partidos y alimentando todo tipo de ilusiones. Es como el buen vino, con los años aumenta su calidad.

En estas circunstancias la renovación de contrato no solo es deseable, sino necesaria e imprescindible. Aquí coincide todo el barcelonismo. Por lo tanto, cuanto antes cierre Laporta el acuerdo, mejor para todos. Con Messi hay esperanza y futuro. Sin Messi todo sería más complicado y difícil. Lo que nos reconforta ahora es que vemos al argentino contento en el campo, feliz en Barcelona y tranquilo para tomar la mejor decisión. Disfruta con la nueva generación de jóvenes, se entiende con Koeman y confía en Laporta. Afortunadamente, nada nos hace pensar en otra cosa que no sea su continuidad.