El Barça no remontó, pero lavó su imagen

El Barça hizo todo lo que debía. Salió a ganar, a jugar en campo contrario, presionar muy arriba, generar ocasiones y dominar el juego y el partido. Todo lo hizo bien, excepto el acierto en la finalización. Dispuso el conjunto de Ronald Koeman de cinco, seis grandes ocasiones, pero la suerte y el acierto le dieron la espalda a los azulgranas.

Incluso se pudo meter en la eliminatoria y poner el miedo en el cuerpo de los franceses con el penalti al límite del tiempo en la primera mitad, pero Keylor Navas rechazó el lanzamiento de Leo Messi y el Barça se fue al descanso con un marcador de empate que no reflejó realmente lo sucedido sobre el terreno de juego. Por ocasiones y actitud, mereció el cuadro azulgrana un resultado que hubiera creado muchas dudas a los parisinos, que se encontraron con una desafortunada pena máxima de Lenglet.

MENOS PELIGRO Costó mucho más en la segunda mitad, con un PSG que avanzó su defensa y los de Koeman ya no crearon tanto peligro ni gozaron de tantas ocasiones, viendo que el gol no llegaba y que acercarse a la eliminatoria se hacía imposible, por lo que el desánimo comenzó a aparecer. En líneas generales fue un muy buen partido del Barça, que lava su imagen y demuestra que tiene mucha más entidad que la que se vio en el partido de ida. Pudo y mereció meterse en la eliminatoria en el primer tiempo si Messi hubiera acertado con el penalti.

Lo imposible entonces hubiera sido posible. El primer tiempo fue de lo mejorcito que ha hecho el Barça esta temporada y muestra que, probablemente, se está en el buen camino. El conjunto azulgrana está fuera de la Champions, pero sigue vivo en la Liga y jugará la final de Copa. Hay que seguir.