¿Quién avalará las pérdidas del Barça?

La junta directiva de Joan Laporta durante la Asamblea de Socios Compromisarios

La junta directiva de Joan Laporta durante la Asamblea de Socios Compromisarios / David Ramírez

Toni Frieros

Toni Frieros

Equivocadamente se está extendiendo la idea de que el CEO del FC Barcelona, Ferran Reverter, presentó el otro día en el Auditori 1899 dos cierres contables. No. Por un lado dio a conocer una auditoria (due diligence) para entender ‘el estado de la nación’ hasta el día que entró en el club la junta de Joan Laporta, el 17 de marzo. Y por otro, efectivamente, las cuentas anuales consolidadas e informe de gestión de la temporada 2020-2021. No podía ser de otra forma, porque la ley contable no permite ‘trocear’ un cierre económico.

Aunque pudiera parecer que todo era lo mismo, dada la catarata de números que salieron a la palestra, son cosas diferentes, si bien es verdad que muchas de las decisiones tomadas por la junta de Laporta han sido como consecuencia de la herencia recibida. Digamos que un puente entre una cosa y otra sí existe.

Sobre la ‘due diligence’, la actual junta en poco o nada ha podido influir. Sobre el cierre económico 20-21, sí, muchísimo. De hecho, la propia empresa que ha auditado las cuentas, la multinacional Ernst&Young, ya avisa en su informe que “mantenemos una posición de escepticismo profesional durante toda la auditoria”. Y de forma muy concreta se refiere a los dos temas más polémicos de ese cierre, a pesar de que los economistas avisan de que es legal, obligado y aconsejable “depreciar” y “provisionar”, términos que han tenido un impacto enorme en las pérdidas de la temporada 20-21: 390 millones de euros (descontados los 92 millones por COVID que no computan a efectos de responsabilidad)

De esos 390, unos 250 millones corresponden a provisiones por contenciosos judiciales (Hacienda y Neymar) y depreciación de cinco futbolistas del primer equipo. Los mortales neófitos en estas lides seguimos sin entender porqué se puede depreciar el valor de un activo (un futbolista lo es) y no el incremento de otro.

Sobre estas decisiones, la auditora E&Y escribe en su informe: “Esta evaluación y cuantificación presenta un elevado grado de juicio por parte de la Junta Directiva y, por lo tanto, ha sido un tema significativo en nuestra auditoria”. Traducido a palabras llanas: esos 250 millones de euros pasados a pérdidas hubieran podido ser muchos menos. O ninguno. Ha dependido del criterio unilateral y subjetivo de la Junta Directiva, como desliza el auditor Xavier Pujol.

Porque aquí, ahora que ya se conoce la dimensión de la tragedia, la pregunta es muy sencilla, por mucho que todo el mundo agache la cabeza o mire hacia otro lado: ¿Quién avalará esos 390 millones de pérdidas? ¿Esta junta?¿La de Bartomeu? ¿Quedará en el limbo? Me temo que no, porque la Ley del Deporte, nos guste o no, es clarísima. Y nos equivocamos todos afirmando que es una competencia de LaLiga. No. LaLiga no es más que el depositario de lo que exige la Ley del Deporte. Y si alguien tiene dudas, le dejo unas cuantas sentencias...