El Barça no pudo con Micic y Larkin

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Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

EL EFES LLEVÓ LA INICIATIVA El Barça inició el duelo con una defensa muy agresiva, con cambios constantes en los 2x2 que colapsaron el ataque del Efes. Un Davies imperial controló ambas canastas y anotó con extrema facilidad. El perímetro del equipo turco era un manojo de nervios, no sabía cómo encontrar el camino del aro, y jugadores como Micic y Larkin no anotaron ninguna canasta en juego. No obstante el Efes fue ajustando su defensa cerca del aro y empezó, en el segundo cuarto, a hacerse con el ritmo de juego. Sus piezas interiores, Salin y Pleiss, suplían el desacierto de los exteriores. También cabe destacar el sinfín de puntos que los turcos anotaron desde la línea de tiros libres.

Tras el descanso, con Mirotic y Calathes desaparecidos, jugadores como Micic y Larkin se dedicaron a forzar muchas entradas que acababan en canasta o falta personal.Ambos fueron una pesadilla en el último cuarto y acabaron decidiendo la final. El Barça recibió demasiados puntos fáciles, faltó intimidación cerca del aro, y en ataque se encomendó a la pareja Higgins-Kuric. Bolmaro hizo un buen trabajo defensivo, pero le costó mover en ataque a los suyos. De hecho, el Barça acabó con tan sólo 10 asistencias, que reflejan las dificultades para trenzar un juego colectivo incisivo.

SIN MIROTIC, NI CALATHES El base lo intentó, pero es evidente que su lesión no le permitió jugar a su nivel habitual. Y se notó, y mucho. Bolmaro estuvo bien, pero es evidente que para afrontar con garantías toda una final hacía falta más experiencia. Y Mirotic merece un punto y aparte. Ya flaqueó en la serie de cuartos ante el Zenit, y contra el Efes también estuvo nervioso e impreciso. Sin Calathes, el vestuario exigía la mejor versión de Mirotic. Pero no fue así, y la derrota no tuvo paliativos. Una lástima. El Barça, con Saras al frente, ha conformado una gran plantilla que necesitaba un título mayor para empezar a consolidar un proyecto ganador. Pero a la hora de la verdad demasiados jugadores han sucumbido a la tensión y los nervios. También es verdad que Jasikevicius estuvo reacio, en esta final, a la hora de contar con hombres como Hanga. 

Micic redondeó un partido soberbio. Le costó entrar en ritmo de juego. En gran parte porque el Barça, en los primeros compases, supo controlarlo de manera eficaz. Pero su enorme calidad se acabó imponiendo en el partido, y finalizó el duelo como protagonista máximo de la final de la Euroliga. Espectacular su actuación. 

Mirotic nunca se sintió cómodo. Tenía que ser el referente blaugrana en la FInal Four y sobre todo en la final ante el EFES. En especial tras los problemas físicos que padecía Calathes tras lesionarse en la semifinal. Pero la final lo sobrepasó. Lo vimos nervioso, sin encontrar su sitio en la pista. Y el Barça sin él al 100%, tenía pocas opciones.