El Barça presenta sus credenciales

Mirotic, en una acción del encuentro

Mirotic, en una acción del encuentro / JAVI FERRÁNDIZ

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Un duelo sin concesiones

Un enorme partido. Digno de los contendientes que se enfrentaron en el Palau. El CSKA entró en el duelo muy bajo de revoluciones. Algo que los blaugranas aprovecharon bordando una primera mitad casi perfecta. Defensas de anticipación, velocidad en la transición, y unos porcentajes de tiro espectaculares.

El Barça se gustó y hasta pudo creerse que el duelo sería más sencillo de lo esperado.

Pero los de Itoudis empezaron a fajarse detrás y todo cambió de manera radical. Las facilidades ofensivas desaparecieron para los blaugranas, perdieron muchos balones,  y el juego se trabó. El CSKA es un equipo muy físico, que busca los contactos, y que sabe cómo descentrar a su rival. Ambos equipos hicieron ataques muy abiertos buscando el 1x1 para penetrar y doblar a un compañero. En general, también se pusieron de acuerdo para hacer cambios defensivos en estas situaciones, y el Barça supo sacar más provecho de la mano de Mirotic y Davies bajo canasta. Una victoria merecida y muy importante para empezar con buen pie la Euroliga.

Equilibrio perfecto

El Barça tuvo un gran equilibrio entre su juego interior y exterior. La pareja Mirotic-Davies estuvo casi imparable, pero no menos importante fue la aportación de un perímetro comandado por Abrines y bien secundado por Calathes y Higgins.

Jasikevicius no le importa jugar con hombres pequeños. De hecho, el triángulo exterior que más utilizó fue el formado por Calathes, Abrines y Higgins. Poco protagonismo para Claver, y un Hanga que no desentonó. Pero además vimos durante muchos minutos un juego interior formado por Mirotic-Smits, o Mirotic-Claver. Sin un cinco en pista. Todo en función de lo que marcaba el CSKA.

A estas alturas los jugadores blaugranas son conscientes de que su técnico tiene el hábito de enviar al banquillo a quien comete un error de bulto. No hay excepciones. El Barça llevó siempre la iniciativa y supo sufrir cuando el rival se acercó en el marcador. Una demostración de fuerza, pero también de confianza en sus posibilidades.