El Barça ya perdió un tren, no puede perder el siguiente

Luis Enrique saluda a Rakitic antes del partido

Luis Enrique saluda a Rakitic antes del partido / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Cualquier acontecimiento importante deja necesariamente secuelas. La brutal exhibición de España ante Croacia tiene inevitablemente efectos colaterales. La brutal diferencia de jugadores titulares en La Roja entre el Madrid y el Barça (6 a 1) supone un vuelco radical al desequilibrio que existía a favor de los blaugrana (se llegó a 1 a 8) en los años en los que se conquistó el Mundial y la Eurocopa.

Este giro radical es consecuencia del plan que tiene Florentino desde hace años: fichar a los mejores jugadores jóvenes españoles. Los talentos que han triunfado los últimos años en la selección Sub-21 han sido fichados por el Madrid, que ha logrado contratar, entre otros, a Isco, Asensio o Ceballos, hoy convertidos en piezas básicas del nuevo proyecto de Luis Enrique.

Es un secreto a voces que los éxitos de aquella Roja plenamente blaugrana fue un duro golpe para el Madrid, en una época en la que además sufría las inclemencias del Barça de Guardiola. El plan blanco de entonces era sencillo: quedarse con los mejores jugadores españoles jóvenes, promocionando los de casa (Carvajal y Nacho) y fichando el resto.

Por contraste, el Barça se durmió en los laureles, y ha dejado que el talento se le escapara estos últimos años desde dentro (por ejemplo, Thiago, titular en Wembley con la absoluta, o talentos de la siguiente generación como Sergio Gómez o Èric Garcia) o simplemente no fuera capaz de retener a un Asensio que ya tenía fichado y que perdió por un mezcla de desidia y racanería en los plazos de pagos.

En el fútbol nada sucede por casualidad, y los dos partidos con los que la nueva Roja de Luis Enrique ha vuelto a asombrar dejan un mensaje muy claro: en la nueva generación de jugadores españoles, el Barça ha cedido el liderazgo al Madrid. En su día Florentino hizo los deberes. Le tocará al club blaugrana volver a hacer los suyos si no quiere perder el tren de la siguiente generación.