Barça: ya no hay excusas, es la hora de los jugadores

Leo y Valverde acabaron teniendo una gran relación

Leo y Valverde acabaron teniendo una gran relación / FCB

Toni Frieros

Toni Frieros

Josep María Bartomeu, y por extensión a toda su junta directiva, así como al CEO Òscar Grau y al secretario técnico Eric Abidal, les ha llovido ‘hostias como panes’ por la gestión de la destitución de Ernesto Valverde.

No llevaré la contraria a una crítica tan generalizada y que parece haber bebido en las mejores fuentes de información. Sin embargo, ahora que las aguas vuelven a su cauce y el presente se llama Quique Setién, estaría bien hacerse algunas preguntas y tal vez, quizás, alcancemos a saber qué pasó entre el pasado viernes y este lunes con el fallido intento de  fichar a Xavi... que era la primera opción para reemplazar a Valverde... pero no la única.

¿Alguien hubiera entendido que el FC Barcelona decidiera cesar a Valverde sin antes saber qué técnico sería su sustituto? No. La obligación del club, de su secretaría técnica, es estar preparado para cualquier eventualidad. Nunca es una falta de respeto hablar con otros entrenadores si la decisión de cesar al tuyo está tomada.

¿Cuándo se tomó esa decisión? Después del empate ante el Real Madrid (0-0) empezó a plantearse seriamente esa posibilidad entre Bartomeu, sus directivos más cercanos y el área deportiva. Creció con fuerza tras el 2-2 frente al RCD Espanyol y pasó a ser definitiva cuando el Barça cayó eliminado de la Supercopa de España a manos del Atlético.

La estrategia que se marcó entonces el FC Barcelona fue clara: el candidato al banquillo tenía que ser aprobado en la junta directiva que debía celebrarse el pasado lunes. 

Con ese objetivo, el de reunirse con Xavi, viajaron a Doha (Qatar), Eric Abidal y Òscar Grau. Solamente lo sabían cuatro personas en el FC Barcelona. Máximo secreto y máxima discreción. Sin embargo, las primeras negociaciones se hicieron públicas. ¿Quién lo filtró?¿Quién lo comentó? ¿Una parte?¿Las dos? ¿Ninguna? Lo único cierto es que al Barça le hubiera gustado que nadie se enterara de esas conversaciones para evitar precisamente lo que ocurrió: que se convirtiera en el Corral de la Pacheca. 

Después de no poder evitar lo inevitable (los medios de comunicación estamos precisamente para eso, para contar lo que el poder no quiere que se sepa) la junta directiva del lunes, donde algunos directivos se quejaron por no ser informados de lo que se cocía, se votó entre una lista de tres candidatos: Quique Setién, Allegri y Pochettino. Ganó el primero por mayoría y esa misma tarde se iniciaron y cerraron las conversaciones. Más rápido, imposible. Máxima diligencia. De no haber existido consenso se le habría dado el mando,de forma momentánea, a García Pimienta.

Sin excusas

Ahora que no está Valverde, ahora que ha venido Setién, y después de los palos que han recibido Bartomeu, la junta, Abidal Grau, llega la hora de la verdad: la hora de los jugadores. Que hablen en el campo con los hechos.

Ya no hay excusas. Ahora son ellos los que deben asumir la cuota de responsabilidad que les toca por el cese de Valverde. Basta ya de ser siempre los buenos de la película, los intocables. Se les debe exigir que estén a la altura de las circunstancias, del dinero que cobran, del nivel de exigencia que supone estar en el Barça, que vivan por y para el fútbol. Las 24 horas al día. Que demuestren que no están en decadencia, que aún tienen hambre de títulos, que están bien físicamente, que volverán a presionar en bloque y a defender como un equipo...

Y por cierto, ¿se sabrá algún día si alguna vaca sagrada del equipo recomendó/pidió/aconsejó a Bartomeu el cambio de Valverde? ¿O será simplemente un rumor infundado de la prensa?

Quique Setién, que lo tengan en cuenta, no ha venido para contentar a todo el mundo y andarse por las ramas. Ha venido para hacer las cosas bien, muy bien. Le va en ello el cargo y el prestigio. Pondrá el interés del club por encima de todo, la marca Barça, la institución. El jugador que no lo entienda así, que no se deje el alma, lo pasará mal. Si alguien se cree intocable, se equivoca. Setién pedirá a todos máxima profesionalidad. Así debe ser.

Quedan menos de cinco meses de competición y hay que afrontarlos con concentración y una sola prioridad: Barça, Barça y Barça. Está prohibido despistarse. Solo así este equipo podrá aspirar a revalidar el título de Liga y volver a ganar la Champions League.