El Barça necesita un plan... que ya tiene

Iniesta, Messi y Xavi coparon el pódium del Balón de Oro

Iniesta, Messi y Xavi coparon el pódium del Balón de Oro / sport

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Carles Pérez lanzó duras críticas contra el Barça, el club al que ama y en el que siempre ha soñado triunfar. Y eso debería hacernos reflexionar. Su intención no es hacer daño a la entidad, eso es evidente, porque sus palabras iban dirigidas a quienes han gestionado su marcha. Pero eso es algo que tenemos claro quienes vivimos el club como algo propio, ya sea porque hemos crecido en él o porque somos aficionados y forma parte de nuestras vidas. En mi caso ambas premisas van unidas. En cambio, desde fuera la interpretación es diferente porque muy pocos logran diferenciar entre lo que es un ataque al escudo o a quienes mandan.

Sus declaraciones no me gustaron, precisamente, por ese motivo. Aunque la culpa no es suya. El problema con Carles Pérez es que el club nunca ha creído en él. Si lo hubiera hecho, no habría decidido venderle como lo hizo, de un día para el otro. Llegados a este punto, me pregunto cómo es posible que un futbolista en el que no tenías puesta toda tu confianza haya pasado tanto tiempo en el filial y en el primer equipo. La respuesta es fácil: nadie ha trazado un plan. 

Pero el Barça lo tiene. O lo tenía. Y urge volver a él. El Real Madrid siempre se ha caracterizado por ser un club que vende bien, mientras que en el Camp Nou el santo y seña de nuestros colores, aquello por lo que somos grandes, ha sido La Masia. Sin nuestra forma de ser nunca habríamos disfrutado de Messi, Xavi o Iniesta, entre muchos otros. Y es que estos tres jugadores no figuran solo en posiciones de privilegio en la historia del Barça, sino que forman parte de la historia del fútbol. Los tres coparon el pódium del Balón de Oro en 2010, gritando al mundo que somos únicos y que, siendo únicos, somos nosotros.

Y eso no significa que no podamos ir al mercado. Fichajes como el de Trincao son estratégicos, más allá del precio, pero siempre que sepamos qué queremos hacer con él. Tras jugar en el Sporting de Braga, ¿tiene ficha asegurada con Setién? ¿Hay que buscar una cesión? Las respuestas deben darlas quienes hoy gestionan el club. Y la sensación es que no las hay. ¿Qué hacemos con Riqui Puig? ¿Ansu Fati se asentará en la primera plantilla? El Barça no puede permitirse el lujo de improvisar con activos tan importantes. Y eso pasa por potenciar el papel del Juvenil A y del Barça B, que los jugadores sientan que estar ahí es un privilegio, como lo es el Camp Nou.  Fichar a Braithwaite cuando se lesionó Luis Suárez, como lo fue en su día firmar a Maxi López tras lesionarse Eto’o, es improvisar, es traicionar el plan que nos ha hecho grandes. Es urgente volver a creer en nosotros mismos. Solo así seguiremos siendo.

OTRO SANT JORDI DESDE CASA

La Diada de Sant Jordi siempre ha sido un día especial para mí. Me encanta el ambiente, las calles llenas de gente, los libros y las rosas, la alegría que emana de cualquier rincón en el que pongas la mirada. Es uno de esos días que todos los catalanes tenemos marcados en rojo en el calendario. Por mi trabajo, por haber pasado muchos años de mi vida lejos de casa, no he podido vivirlo tantas veces como me habría gustado, pero lo sigo muy de cerca, también a nivel emocional. El de ayer fue diferente.

Desde Montreal, como tantos otros años en otras tantas ciudades distintas, me ha tocado vivirlo a miles de kilómetros de distancia, pero en este caso sabiendo que no he sido el único que debía hacerlo así.  Sé que en gran parte de Catalunya salió el sol después de varios días de lluvia y sé que el espíritu que recorrió el país siguió siendo el mismo porque, por encima del ambiente que se genera en las calles, está el orgullo de formar parte de una jornada impresionante vivida desde lo colectivo y en el que todos ponemos nuestro granito de arena, ya sea regalando rosas, comprando libros o felicitando a quienes se llaman como nuestro patrón. Ni siquiera estar confinados evitó que los catalanes celebráramos la Diada de Sant Jordi. También en Canadá.