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Lección magistral del Barça en Moscú

CSKA-barça

CSKA-barça

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

UN PERÍMETRO LETAL

El CSKA planteó de inicio un partido muy físico, acorde con el perfil de jugadores con los que cuenta. En la maraña de cambios defensivos del equipo ruso, los constantes contactos y un dominio insultante del rebote, los blaugranas se perdieron. Fue imposible para los de Saras, durante muchos minutos, acercarse a canasta. En un escenario así, o el perímetro está acertado o no hay nada que hacer. Por suerte, en Moscú, vimos la visión más privilegiada de los jugadores exteriores del Barça. Todos aportaron, y sumaron 72 de los 88 puntos que anotó un Barça que se está acostumbrando a rondar los 90. No fue un juego equilibrado entre los de fuera y los pívots, en puntos, pero sí que lo interiores se fajaron detrás y complementaron el festival anotador de sus compañeros. Los blaugranas anotaron 12 triples de 6 jugadores diferentes. Imparables. Higgins estuvo sublime, pareció que tenía alguna cuenta pendiente, pero no menos decisivos fueron las canastas de Calathes, Abrines o Hanga. Un espectáculo que hacía tiempo no veía. Un regalo con el que disfrutamos mucho.

REACCIÓN OPORTUNA

A falta de pocos minutos para llegar al descanso, el CSKA era amo y señor del partido. Como por arte de magia el panorama cambió radicalmente. El Barça empezó a defender mejor, más agresivo, controló el rebote detrás y pudo correr, atacó a James en el 2x2 y bordó las continuaciones y empezó a creer en la victoria. Por su parte, el equipo ruso se descentró, apareció la anarquía, y se olvidaron de hacer daño a su rival cerca del aro. Sus porcentajes de tiro cayeron en picado y perdieron la iniciativa. El Barça me recordó, salvando las distancias, al mejor Zalgiris entrenado por Jasikevicius. Un quinteto pequeño, con carácter, que lucha por todos los balones, y que en defensa sabe que tendrá que dar muchas ayudas y cerrar su pintura colocando muchos jugadores cerca del aro cuando se acerca algún rival. La reacción llegó sin un base puro en pista. Saras apostó por Hanga, un tema de fuerza física, y le salió bien. Una victoria que no se olvida. En especial los rivales de un Barça que, pese a las ausencias, demuestra que está preparado para lo máximo.

MÁSTER DE UN DESBOCADO HIGGINS

Les tenía ganas. Se le intuía en la mirada. Desde el primer minuto del partido intentó atacar a la defensa del CSKA y no se detuvo en ningún momento. Se jugó buen parte de los 2x2 blaugranas, y su presencia fue una pesadilla para sus excompañeros. Una actuación magistral.

EL CSKA DEPENDE EN EXCESO DE UN JAMES ANÁRQUICO

La figura del CSKA estuvo bien controlada. Sin duda en muchos momentos hizo daño, pero no fue el jugador determinante de otras ocasiones. Además, cuando las cosas no le salían bien, se dedicó a hacer sus números y a no jugar para su equipo. Y lo notaron.