El Barça se lleva el partido del miedo

Davies

Davies / sport

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

MAYOR CALIDAD Y EXPERIENCIA

En un partido duro, trabado y plagado de errores y nervios, el Barça liquidó al Zalgiris en los instantes finales del duelo con dos triples de Abrines y uno de Hanga. De hecho, hasta entonces, ambos jugadores no habían anotado. Cabe decir que a los lituanos les entró un vértigo enorme a ganar cuando parecía que podían dar la sorpresa. No obstante, el Barça es mucho más equipo y sabe jugar situaciones límite mucho mejor que su rival. No fue un buen encuentro.

El Zalgiris supo llevar el partido a la parcela física con una defensa de muchas manos, intentando siempre que los blaugrana no jugaran cerca del aro. Consiguieron su propósito, el marcador fue bajo, pero les faltó eficacia y experiencia. Si no anotas de fuera y no tienes juego interior, las posibilidades de éxito son mínimas. El Barça, por su parte, llevó siempre la iniciativa y pudo cerrar el partido con facilidad. Pero la presión de ganar, tras dos derrotas seguidas, pesó en el ambiente. Hasta 24 balones perdieron los de Saras.

UNA VICTORIA MUY VALIOSA

Se jugaba mucho el Barça. Y su salida agresiva denotó que eran conscientes de ello. Nunca giraron la cara ante la dura defensa lituana, y mentalmente intentaron siempre estar en el partido. Es meritorio que cuando en un duelo tan importante, jugadores clave como Mirotic, Abrines, Higgins, o hasta el mismo Calathes no están finos, el equipo sepa ganar pese a todos los imponderables.

Buena parte de la consistencia blaugrana cabe adjudicarla a un Davies inmenso y a la aportación ofensiva de Kuric. Aunque el escolta no jugó excesivos minutos. La línea de tres fue también importante ya que a los ocho triples del Barça, de cinco jugadores diferentes, el Zalgiris tan sólo pudo contestar con un 2 de 18.

El rebote ofensivo permitió a los de Jasikevicius doblegar los intentos lituanos de salir al contraataque y obligarles a jugar casi siempre con la defensa blaugrana formada. Una victoria que debe tranquilizar los ánimos después de una semana muy tensa.