El Barça llegó tarde a la reacción

Baskonia y Barça se miden en el Buesa Arena

Baskonia y Barça se miden en el Buesa Arena / David Ramírez

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

LA IMPORTANCIA  DE LOS INICIOS

El Barça se vió superado por el Baskonia a las primeras de cambio. La evidencia de que los blaugranas no acabaron de respetar como se merecen a los vitorianos fue un error mayúsculo. El dominio de los de Ivanovic fue total por carácter, ganas e intensidad. Una vez que el ritmo fue vasco el acierto acabó llegando. Fueron demasiados minutos de descontrol, desgana, y un sinfín de errores infantiles provocados por la escasa mentalización del Barça. Vimos a un Baskonia desbocado, jugando su mejor partido de la temporada, y sacando ventaja a los de Pesic en todas las parcelas de juego. En estos casos siempre esperas que el equipo reaccione rápidamente, pero fueron pasando los minutos y el desbarajuste no solo persistía sino que se incrementaba. Todos los 1x1 y 2x2 eran ventajosos para los vitorianos y, en general, acababan en un triple sin oposición. Una pesadilla con tan sólo 31 puntos anotados al descanso.

EL CUARTO DEL MIEDO

Aún no tengo claro si el resultado del último cuarto fue más por los aciertos del Barça, que sí, o por el miedo a perder del Baskonia. Hubo variaciones tácticas de Pesic en defensa cambiando siempre en los 2x2, lo que provocó un cierto colapso en el Baskonia. Y, por fin, despertaron jugadores como Kuric, Mirotic y un gran Oriola que dejó en el banquillo a Davies y Tomic. Pero, pese a que el Barça estuvo a tocar de la victoria, nunca fue capaz de ponerse por delante y transmitir más presión a un Baskonia que echó mano de individualidades como Shengelia para llevarse el partido. No se le puede negar al Barça un gran espíritu en estos diez últimos minutos, pero la rémora que cargaron en sus espaldas a lo largo del encuentro acabó pasándoles factura. Una cura de humildad. Una pequeña lección de la que deben sacar conclusiones evidentes. La Euroliga no permite frivolidades, ni excesos de confianza.

Es el referente del Baskonia. Ivanovic sabe que le necesita si quiere que el equipo salga de la dinámica negativa en la que está inmerso. Un jugador que arrastra a sus compañeros y al público. Un seguro de vida. De los peores inicios de partido de los blaugranas esta temporada. Sin alma, ni carácter sobre la pista. No dieron la sensación de que le daban al encuentro la importancia que se merecía. Y el resultado así lo refrenda.