Al Barça ya le ha tocado el Niño

¿Por qué Ferran Torres no se escribe con acento?

¿Por qué Ferran Torres no se escribe con acento? / google

Carme Barceló

Carme Barceló

Me coloco delante del ordenador a las seis de la tarde de un Día de los Inocentes que, yo confieso, me repatea los hígados. Entre bromas y veras, resulta que el FC Barcelona ha cerrado uno de los mejores fichajes de esta Liga. Acabo de llegar de la capital, donde el aterrizaje de Ferran Torres ha provocado un curioso sarpullido.

De ser un indispensable en la Roja y un jugador excepcional de valor incalculable, desde que viste la camiseta blaugrana se ha convertido en un futbolista “que no está mal”, “carísimo y suplente para Guardiola”, “no es lo que necesita el Barça” y “a ver cómo lo pagan”. Es la mutación habitual que una ya conoce y que suele responder, incluso en momentos de crisis barcelonista, a un punto de envidia.

Porque que un futbolista como Ferran Torres renuncie a ofertas de mayor calado y opte por un club en horas bajas que ahora disputa la Europa League y que tapa las goteras como puede, es algo que por aquellos lares no comprenden. Ven lecturas extrañas tras la operación, les invaden las dudas y alientan los fantasmas mientras esperan el día D (léase Mbappé) y alimentan el posible fichaje de Haaland. Florentino, ser superior, todo lo puede. ¿Sí? Pues el verano pasado se demostró que no. Pero entretenidos sí que nos tuvo, sí.

Volvamos a Ferran Torres y a ese F5 al que nos hemos entregado desde hace veinticuatro horas. En el proceso, me he paseado por su cuenta de Twitter y me ha hecho especial ilusión que de las cincuenta que sigue en el momento de escribir este artículo, una sea la de Aitana Bonmatí así como la de varias mujeres futbolistas. La vida son detalles y éste describe al personaje.

Su apellido nos augura titulares tipo “Torres más altas han caído”, se ven venir, pero lo cierto es que al Barça le han adelantado el sorteo y les ha caído el Niño, uno de 21 años que va a sumarse a otros tan talentosos como él con su polivalencia. Padrinos de lujo tiene, y responden al nombre de su admirado y actual técnico Xavi Hernández, Pep Guardiola y Luis Enrique, al que le faltan adjetivos para calificarlo.

Velocidad, desmarque, desparpajo, gol y una juventud insultante lo convierte en un fichaje de presente pero, sobre todo, de futuro. “Dientes, dientes. Eso es lo que les fastidia” (en formato fino), que diría aquélla.