Ser del Barça y jugar en el Barça

Messi, en el momento de ejercer su voto

Messi, en el momento de ejercer su voto / FCB

Xavi Torres

Xavi Torres

La situación de caos en el Barcelona necesitaba de un presidente fuertemente legitimado por las urnas para afrontar el futuro con determinación. Joan Laporta ya la tiene. Ahora solo hace falta que acierte en sus decisiones porque Sandro Rosell en el 2010 -35.021 votos- y Josep Maria Bartomeu, en el 2015 -25.823- también sintieron el aliento de sus socios. Sin embargo, la situación del club es la que es. Que tenga suerte y, sobre todo, acierto. 

De la jornada electoral del domingo rescatamos la imagen de los cinco jugadores del primer equipo de fútbol que fueron a votar, a saber, Leo Messi, Sergio Busquets, Sergi Roberto, Jordi Alba y Riqui Puig. A esta lista hay que añadir a Gerard Piqué, que lo hizo por correo. Todos ellos, más allá de su compromiso democrático, demostraron su preocupación por el estado de la cuestión. Había que votar sí o sí. Esta vez daba igual el tiempo, el confinamiento y el coronavirus. Incluso el previsible ¿agobio? por parte de los aficionados. Tocaba mojarse. ¿Saben ustedes a quien votaron? Dejen volar su imaginación… 

El socio es feliz cuando ve a sus futbolistas enchufados con la institución pero, llegados a este punto, tal vez se haga otra pregunta: ¿por qué solo votaron seis de los 25 jugadores de la plantilla? Efectivamente, porque son los únicos seis que pagan religiosamente su carnet de asociado. Si me permiten, siete, porque Ansu también está en este colectivo aunque no pudo votar porque recogió su carnet en diciembre y los estatutos no le han permitido participar todavía en estos comicios. Koeman, por cierto, tampoco es socio. Ya imagino que muchos de ustedes dirán: “¿Y qué? ¿Qué más da si son socios o no? ¡Lo que importa es que corran y ganen partidos!”. Sin embargo, seguro que también hay quien cree en las esencias del Barça, esas que lo distinguen del resto y que lo acercan al ‘Més que un club’ por razones que van más allá de los goles. Jugar en el Barça siendo azulgrana de corazón debe ser extraordinario pero la obligación de quien manda en el Barça es tratar de conseguir que aquellos que nacieron sentimentalmente lejos del Camp Nou lleguen a amar la institución hasta convertirse en apasionados embajadores. 

Uno se imagina las siguientes secuencias: antes de firmar sus contratos los nuevos fichajes deberían conocer a Joan Gamper y a Josep Sunyol, a las viejas leyendas, a los héroes de las cinco Champions, a Cruyff y a Messi, desde ahora también a Alexia Putellas y, por supuesto, los valores de La Masia. Saber de donde viene uno es fundamental para saber hacia donde hay que dirigirse. Después sí, podría rubricar su firma. Y para cerrar el acto, el presidente le haría entrega de su carnet de socio -no regalado sino pagado como cualquier otro aficionado culé- como evidente declaración de intenciones. Volver a generar emociones desde la diferencia dentro y fuera del terreno de juego. Alma.