Opinión

El Barça y los jóvenes: tener o no tener prisa

Toni Fernández en un partido del Barça Atlètic

Toni Fernández en un partido del Barça Atlètic

Aprovechando el parón abriremos debate sobre el Barça Atlétic, último clasificado en Primera Federación -la tercera categoría del fútbol español-, sobre el que ya se han escuchado las primeras críticas futbolísticas y de gestión. Si me permiten, para empezar, hay que fijar objetivos. ¿Cuál es el más importante del club en esta cuestión? Sin duda, preparar jugadores para el primer equipo.

Hoy Ansu, Balde, Casadó, Eric, Fermín, Gavi, Olmo, Sergi Domínguez y Peña han pasado por la base antes de llegar al primer equipo; Bernal, Cubarsí, Fort y Lamine Yamal están ahí siendo todavía juveniles y, con la misma edad, Andrés Cuenca y Toni Fernández ya han debutado. Además, Araujo, Gerard Martín y Pau Víctor fueron fichados para jugar en el filial y ahora también forman parte de la primera plantilla. Ningún club en el mundo que aspira a todos los títulos puede presumir de cantera como el Barça.

Paralelamente, el filial está en descenso. ¿Sería un drama bajar? Desde luego no sería lo mejor pero a Pep Guardiola ya le tocó entrenar en la cuarta división y desde ahí aparecieron Busquets o Pedro, hoy leyendas. Es importante recordar el planteamiento del club en verano, que priorizó la formación y apostó por una plantilla extraordinariamente jóven que no supera los 20 años de media.

¿Saben ustedes que este año han jugado en el filial 21 juveniles, algunos como Guille o Toni, con 16 años, y otros como Cuenca, Eder, Espart, Gistau, Juan Hernández o Pedro, con 17? Una locura. Tomen nota: estos últimos futbolistas jugaron este fin de semana con el juvenil A -o sea, contra chicos de su edad- y ganaron la Copa del Rey al Zaragoza por 5 a 0. La juventud y la escasa aportación de los jugadores fichados y cedidos -quizás sí sería importante para el futuro revisar este ámbito- han llevado al equipo al fondo de la clasificación.

Habrá que reflexionar, por supuesto, porque todo no se ha hecho bien. La realidad demuestra que técnicos y jugadores no han sabido competir. Y dicho esto, bienvenida sea la política de los jóvenes al margen de los resultados. Hay que entender que no se puede correr igual en todos los casos y que, para generalizar, subir al primer equipo con 21 años, como Casadó, es mucho más normal que hacerlo con 17, como Cubarsí. Lo de Lamine es excepcional porque cada día no sale de tu cantera un top-3 mundial antes de cumplir los 18.

Tres últimas cuestiones. La primera: hay que seguir apostando por los futbolistas diferentes, que se cuentan con los dedos de una mano; la segunda, hay que vender a los demás sin dolores de barriga porque el primer equipo es también muy jóven y genera tapones -buenas salidas de Guiu o Unai, que dejaron más de 10 M €-. Y la tercera, trabajar sin prisas porque a veces la vida te da sorpresas.

La última posición del filial no debe cambiar la política del club en materia de fútbol base.