¿Y si el Barça hubiese pagado 40 millones por un jugador del B?

Vinicius, protagonista

Vinicius, protagonista / EFE

Francesc de Haro

Francesc de Haro

El Real Madrid, dicen, busca todavía una estrella para que su afición salga de la depresión que supone ver como sus dos estrellas de los últimos años -Zidane y Cristiano Ronaldo- se han ido dándole un portazo a Florentino Pérez.

El presidente blanco todavía no ha reaccionado y sigue buscando a la desesperada un crack que vuelva a ilusionar a su afición que en el primer partido de Liga le dio la espalda y no llegaron a 50.000 los aficionados que acudieron al Bernabéu para ver el debut ante el Leganés.

Lopetegui ve como los días van pasando y su equipo sigue teniendo lagunas. No hay un recambio de garantías para la delantera formada por Bale -proclive a las lesiones-, Benzema -sin pólvora los últimos años- y Marco Asensio. Borja Mayoral se presenta como el primer recambio para esta tripleta ya que la gran esperanza blanca jugará en el Castilla.

Me explico. El Real Madrid compró a precio de oro a Vinicius, una promesa brasileña que fue ‘vendida’ como el nuevo Neymar pero que se ha apagado en un plis plas, en el tiempo que ha tardado Lopetegui en enterrar todas las ilusiones. Primero ya no le hizo jugar ni en la Supercopa de Europa ni ante el Leganés pese a tener el marcador a favor (2-0). <strong>Ahora le ha puesto la puntilla al bajarlo al filial</strong> y hacerle jugar en campo donde, seguro, no le será nada fácil demostrar sus habilidades ante rivales que no están para florituras. Ahora el técnico ve que los dos únicos refuerzos son para dos posiciones que ya están bien cubiertas, la portería con Keylor y el lateral derecho con Carvajal. Courtois y Odriozola han costado más de setenta millones y el primero jugará por decreto ley y el segundo cuando Carvajal necesite descanso.

Poco, muy poco, para una plantilla que deberá rendir en tres competiciones (Liga, Copa y Champions)... salvo que haga como el año pasado que tiró dos (Liga y Copa) y se centró en la competición europea. Le salió cara pero este año no tiene ni a su estrella ni a su entrenador talismán.