Dos errores defensivos complican (mucho) la Liga

Messi observa como los jugadores del Granada celebran uno de los goles

Messi observa como los jugadores del Granada celebran uno de los goles / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Lo que tenía que ser una tarde/noche para soñar acabó convirtiéndose en una pesadilla. Estaba todo, todo, todo preparado para que el Barça se colocara líder de la Liga, culminando su impresionante remontada. 'Solo' había que ganar al Granada, en el Camp Nou, para ponerse +1 sobre el Atlético y convertirse en el claro, único, favorito para conquistar el campeonato. Con una victoria, el título estaba al alcance de la mano.

La ilusión de los culés era máxima. Y se multiplicó en el minuto 23, cuando Messi, siempre Messi, adelantó a los blaugranas después de una extraordinaria combinación dentro del área con Griezmann. Estaba hecho. Nada podía estropear la fiesta blaugrana. Había costado tanto, tanto, tanto, llegar hasta allí que era absolutamente impensable que el equipo de Koeman pudiera fallar con todo a favor... Pero falló. Lamentablemente.

Dos graves errores defensivos permitieron que el Granada le diera la vuelta al marcador en menos de un cuarto de hora. Sorpresa. Decepción. Un palo terrible. Pinchazo inesperado en el peor momento posible. Y el Barça, desgraciadamente, ya no depende de sí mismo para ganar una Liga que tenía perdida hace cinco meses, que tenía ganada antes de jugar contra el Granada y que ahora vuelve a correr un serio peligro. Increíble pero cierto.

Es verdad que el Barça hizo méritos, especialmente en la primera parte, para lograr una ventaja más amplia. Jugó para no sufrir. Pero la falta de efectividad (¡quien diga que no es necesario, imprescindible, urgente... fichar a un delantero centro no sabe lo que dice!) volvió a penalizar al equipo de un Koeman que acabó tan desesperado que fue expulsado. Fue la imagen de la impotencia en la segunda mitad. La desesperación de un Barça que fallaba detrás y que no tenía gol delante. La exasperación de un Barça que estaba convencido de que iría a dormir líder y que, sin embargo, ha dado un ¿decisivo? paso atrás en sus aspiraciones. Pero la histórica remontada de los últimos meses no merece tirar la toalla. Mientras hay vida hay esperanza. En esta Liga tan loca aún puede pasar de todo. Quedan cinco partidos. Cinco finales. Cinco sueños...