El Barça ganó un duelo de infarto

Pesic no acabó contento pese a la victoria

Pesic no acabó contento pese a la victoria / VALENTÍ ENRICH

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Siempre al límite

El Barça se está acostumbrando a resolver ‘in extremis’ los partidosAnte el Bayern arriesgó un poco más de lo habitual y casi se queda sin premio. Es evidente de que en una temporada tan exigente los jugadores no siempre están por la labor. Ya les sucedió en Berlín ante el ALBA y ayer en Palau vimos más de lo mismo.

Hablamos de no tomarse con suficiente seriedad al rival y de pensar que siempre habrá tiempo para resolver el encuentro cuando sea preciso. El Bayern hizo su partido. Con un Monroe intratable como única referencia interior, los alemanes buscaron jugar muy abiertos y encomendarse al acierto desde el triple.

También estuvieron bien atrás y en el rebote, lo que les permitió salir con acierto en las transiciones. Durante muchos minutos, de hecho en casi todo el duelo, el Barça se vio desbordados por la mayor agresividad y ambición del Bayern.

Ganar por galones

Los de Pesic sólo se enchufaron en contadas ocasiones. Cuando veían que el marcador se disparaba en contra apretaban un poco en defensa e igualaban el duelo, pero después volvían a las andadas. <strong>Pesic se vio impotente para recomponer un equipo que hacía aguas</strong>. Habituales en las remontadas como Delaney  o Abrines no acababan de funcionar. Claver sigue desacertado, lo mismo que Davies.

Y la reacción llegó de la mano de un intermitente y a veces ansioso Mirotic, así como del control de jugadores como Ribas y Oriola. El perímetro funcionó gracias a dos piezas contrastadas como son Kuric y Higgins, que en las peores situaciones hicieron su aparición.

El miedo a ganar de los alemanes, unido a una defensa férrea del Barça y un arbitraje contemporizador hizo el resto. No es bueno que el equipo se acostumbre a este tipo de partidos. Es cierto que los acaba ganando. Y tiene su mérito... pero el riesgo es enorme.