El Barça del futuro no puede vivir solo del fútbol

La alianza del Barcelona con Rakuten en plena crisis del coronavirus

La alianza del Barcelona con Rakuten en plena crisis del coronavirus

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça se encuentra en un punto crucial de su historia. Es el momento de dar un salto adelante avanzándose al futuro que viene. Si en los años duros de represión política supo convertirse en ‘més que un club’, ahora toca hacer la misma jugada a nivel internacional convirtiéndose en más que un equipo de fútbol, en una multinacional del deporte y el entretenimiento. Sin necesidad de venderse a nadie, generando el propio negocio. La marca Barça es muy poderosa por su dimensión global y tiene amplio margen de crecimiento. Cuando el mundo avanza a velocidad de vértigo, el club no puede quedar anclado en el pasado.

Vaya por delante que esto no significa renunciar a nada sino ampliar el radio de acción. El equipo de fútbol siempre será la bandera y el icono más representativo, pero a su alrededor hay que contemplar nuevos negocios que hagan más fuerte a la entidad. Solo con el fútbol no se podrá pagar nunca la deuda de mil millones. Los tiempos cambian, hay que adaptarse a la nueva economía. Gracias a la televisión y las redes sociales el Barça se ha convertido en una marca que juega las grandes Ligas de la fama codeándose con Ferrari, Apple, Amazon o Nike. Es cuestión de sacarle rendimiento a este potencial generando contenidos y nuevas experiencias de la mano de la tecnología.

Con Joan Laporta el club inicia una etapa que debe marcar diferencias con el pasado. La experiencia del mandato del 2003 es un punto de partida, pero hay que ser ambiciosos buscando nuevos caminos. La hoja de ruta del nuevo presidente contempla las expectativas que ofrece el futuro, nuevas fuentes de ingresos vinculados al deporte y la era digital. Un ejemplo ilustrativo de que hay mucho por hacer. Messi se ha convertido en el Barça en el mejor jugador del mundo. En una época en la que las series de grandes deportistas tienen mucho éxito, sorprende que el Barça no haya sido capaz de realizar una serie documental en la línea de la que protagonizó Michael Jordan para Netflix. Es un filón por explotar.

En el caso del entorno digital hay que avanzar hacia la monetización, cobrar por contenidos y servicios. Tiene mérito el liderazgo barcelonista, más de 350 millones de seguidores en redes sociales, pero es obligado rentabilizar la inversión con acuerdos cruzados con grandes empresas tecnológicas que aseguren retorno económico. Si queremos tener el mejor equipo del mundo, hay que generar ingresos que aseguren la sostenibilidad. El ticketing, los derechos de televisión y el patrocinio están llegando a su techo, es necesario avanzar en nuevos canales de negocio como los eSports.

Para revertir la difícil situación económica del club, hay que tener amplitud de miras. Estamos cansados de leer lo que costará el Espai Barça, 725 millones. Por el contrario, no conocemos un estudio detallado de los nuevos ingresos que puede generar una obra que debería convertirse en un parque de atracciones del fútbol, con el Camp Nou como motor de negocio y actividad los 365 días del año. Solo de fútbol ya no se vive, la deuda acumulada los últimos años así lo demuestra.