El Barça pone en evidencia al Khimki

Khimki - FC Barcelona

Khimki - FC Barcelona / Efe

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

SIN PERDER LA SERIEDAD El Barça ganó un duelo que podíamos considerarlo como trampa. Enfrentarse al colista de la tabla, que además no se caracteriza precisamente por su actitud, puede implicar un cierto relajamiento y que el partido se acabe complicando. No fue así. Los hombres de Jasikevicius estuvieron en todo momento muy concentrados. No dieron ninguna opción al Khimki. Ejecutaron con precisión un guion de desgaste al que los jugadores rusos sólo pudieron plantar cara durante pocos minutos. No es un secreto que el Khimki tiene un juego anárquico, donde todo pasa por las manos de un Shved que busca su lucimiento personal, pero que es incapaz de sacrificarse, defender y ejercer de líder. Todo lo contrario podemos decir de los blaugranas. El Barça en el primer cuarto jugó al ritmo alocado de su rival, pero más tarde ya se aplicó en defensa y fue, poco a poco, ahogando las posibilidades ofensivas del equipo ruso. El dominio fue absoluto. Hasta podemos decir que, al final, se transformó en un mero trámite

LA ESTADISTICA NO ENGAÑA Juego colectivo frente a individualidades. Podía ser éste el resumen del duelo. Por ejemplo, el Barça dobló en asistencias al Khimki, con un Calathes que repartió 15. Mientras los blaugranas se dedicaron a hacer sus sistemas, en el Khimki todos buscaron hacer sus números. Es evidente que hay una gran diferencia de calidad entre los dos equipos, pero ello no debería ser una excusa para no jugar con seriedad. También en la parcela reboteadora la diferencia fue de escándalo, 19 por 40. De hecho, el Barça capturó los mismos rebotes ofensivos que defensivos el Khimki. No nos debe sorprender, por tanto, que muchos jugadores blaugranas tuvieran una buena actuación. Pero destacó por encima del resto la pareja Calathes-Higgins. Dos enormes competidores que entienden de maravilla los resortes del juego y siempre están dispuestos a asumir responsabilidades. Sin olvidarnos, eso sí, del certero Kuric y del ya “veterano” Smits, que está supliendo con todas las garantías la ausencia de Mirotic. Una victoria de carácter, esfuerzo y sacrificio