El Barça está mal... pero el Madrid, peor
Decimos (y escribimos), con razón, que el Barça está mal. Pero es que el Madrid está peor. Mucho peor. Al menos el Barça tiene ilusiones a las que agarrarse: el regreso de Messi, la eclosión de Ansu Fati y la (esperemos que rápida) aclimatación de De Jong y Griezmann. El Madrid, en cambio, no tiene nada. Bueno, sí. Tiene un mito en el banquillo que ganó tres Champions seguidas pero que está más cerca de ser destituido que de comerse los turrones en el Bernabéu. La crisis del Madrid es estructural: un equipo titular viejo y cansado de ganar y unos fichajes sin ambición.
El resultado es el que vimos el miércoles en el Parque de los Príncipes: un Madrid sin intensidad fue avasallado por un PSG que no pudo contar con su tridente ofensivo (Neymar, Mbappé y Cavani). La imagen que ofreció el equipo blanco en París fue mucho peor que la del Barça en Dortmund. Como mínimo, los blaugranas evitaron la derrota gracias a las intervenciones de Ter Stegen. Cosa que Courtois (cada vez más cuestionado) no supo hacer.
El regreso de Zidane (como ya se demostró en la recta final de la pasada temporada, cuando sustituyó a Solari, que a su vez sustituyó a Lopetegui) se está confirmando como un auténtico fracaso. Aquello de que las segundas parte nunca son buenas se cumple a rajatabla con el técnico francés. Tanto es así que Florentino Pérez ya está meditando seriamente su despido... y pensando en contratar nuevamente a Mourinho. El portugués es el último clavo ardiendo al que podría agarrarse el presidente del Madrid. Una solución desesperada para un proyecto agotado.
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