El Barça enseña un camino precioso

Frenkie de Jong

Frenkie de Jong / VALENTÍ ENRICH

Gerard López

Gerard López

La vida es preciosa. Y más tras disfrutar de un partido tan completo como el realizado por el Barcelona ante el Mallorca porque te da una perspectiva diferente de la realidad. Si el  juego del Barça, hasta ahora, nos generaba tedio y nos dormía el alma; hoy parece que ha girado página, ha subido de marcha y es un equipo muy cambiado: Dinámico, alegre, ambicioso y peligroso. Como el tiburón que huele la sangre, el equipo de Valverde  ha dado este paso al frente justo en un momento decisivo de la temporada.

Ya se vislumbró este cambio en el primer cara o cruz como era el partido contra el Borussia y lo ha recalcado ahora que llegan dos partidos importantísimos como el desplazamiento a San Sebastián y el recibimiento del Real Madrid. Y, porque no decirlo también, la Supercopa de España que está a la vuelta de la esquina siendo el primer título oficial de la temporada.

El Barça, perro viejo en estos menesteres, ha decidido quitar el freno que le maniataba para pisar el acelerador en el primer momento decisivo del curso. Hasta ahora no había nada en juego. Eran partidos sin más, que había que ganar. Ahora ya viene lo bueno. Y con este escenario, jugadores con muchísima experiencia, han visto que llega lo que realmente les motiva para dar lo mejor de sí mismos.

Es un equipo con jugadores que saben perfectamente cuando hay que dar un plus porque saben que no todos los partidos de la temporada son igual de importantes. Y así está el Barça. Fino en un primer momento clave.

El partido contra el Mallorca fue un placer porque volvió a ser un Barça reconocible. Volvió a ser EL BARÇA, especialmente en la primera parte. Se ha dado con la tecla. Rakitic ha pasado de ser un problema a una solución. Su rendimiento desde que ha vuelto es de escándalo. Forma una buena dupla con De Jong y el dinamismo en el equipo sube.

Con ellos dos en el campo, hay colocación, la velocidad de la pelota es otra, la presión es alta. Físicamente son dos pulmones en el centro del campo que permiten a Messi y a Suárez dedicarse a lo que saben, que es atacar.  Además, son una buena cuarta opción ofensiva porque aparecen cuando nadie les espera, de segunda línea para romper a la defensa rival.

El partido contra el Mallorca sirvió para enseñar el camino, asentar las bases en las que debe construirse este equipo, para saber qué esperar de cada jugador y que Griezmann, por ejemplo, acabe de encontrar su espacio en la delantera. El francés también ha dado un paso adelante y sus goles solo son un reflejo de la mayor coordinación que tiene con sus compañeros. Intuyo que esto solo acaba de empezar.

Es cierto que el Mallorca no es un rival directo para el Barça pero sí lo será la Real Sociedad, con dos jugadores que me gustan mucho como es Odegard y Oyarzábal, o el Real Madrid.

Ahora viene otro encuentro de perfil bajo como es el Inter porque el Barça ya está clasificado como primero de grupo. Este partido debe ser una nueva preparación de los dos que le llegan después, dos partidos claves para la Liga. Las piezas del equipo ahora empiezan a encajar. Esas que antes no servían, ahora forman un precioso marco que es una oda al fútbol y a la vida en sí. Recordemos que es solo el inicio, que todavía queda mucho por delante, pero por primera vez el equipo nos ha enseñado de lo que es capaz.

Ahora solo falta que se vaya confirmando con el paso de la temporada.