Un Barça diferente

En Getafe pudo verse dos partes muy bien diferenciadas. En los primeros cuarenta y cinco minutos se vio un Barcelona apático, jugándose el partido más en su propio terreno que en campo rival, elaborando muy poco las jugadas -muy poca participación de los jugadores del centro del campo-, sin dominar el juego y saliendo al contragolpe.

La mejor prueba de ello es el gol de Luis Suárez cuando finalizaba este periodo y las tres ocasiones que nacen del contragolpe buscando la espalda de los defensas del Getafe.

Cierto que defensivamente los azulgrana estuvieron muy bien organizados. con un gran trabajo de Carles Pérez y Griezmann ayudando al medio del campo y configurando un 4-1-5. Esa manera de jugar provocaba un nulo protagonismo de De Jong y Arthur, ya que el Barça no tenía largas posesiones y no mandaba con el balón,  nada habitual en el Barcelona.

Vuelta a la normalidad

En la segunda parte ya vimos el Barça más habitual, jugando en campo contrario y dominando el juego y el partido. Cómodos segundos cuarenta y cinco minutos en los que el Getafe inquietó muy poco.

Muy buenos movimientos de desmarque en profundidad de Carles Pérez, que tanta falta le hacen a un equipo en el que casi todos los jugadores quieren el balón al pie.

Con esta victoria, el Barcelona rompe la racha negativa en campo contrario y vuelve a crear ocasiones de gol, después de que los partidos anteriores en campo contrario -San Mamés, Sadar y Nuevo Los Cármenes- apenas si se crearon oportunidades para marcar. Era un partido que era vital sumar los tres puntos y se consiguió. Y eso es lo que tocaba en esta visita a Getafe.