El Barça se desinfló a la hora de la verdad

Ante Tomic fue de más a menos, en consonancia con todo el equipo

Ante Tomic fue de más a menos, en consonancia con todo el equipo / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Faltó rematar el partido. Poco se le puede objetar al equipo en un duelo de gran intensidad. La primera sorpresa fue la exclusión de Pesic en el primer minuto del partido. Pese a ello, el Barça se confabuló para superar a un Fenerbahçe que tiene la virtud se saber esperar su momento para acabar decidiendo. Como siempre digo, es muy importante saber competir. Y los blaugrana fueron dominadores claros del encuentro durante gran parte del mismo.

Con una gran defensa y un acierto notable, el Barça marcaba el ritmo del juego y colapsaba a un equipo turco que no se encontraba cómodo yendo a remolque. La fuerza física de los de Obradovic no fue determinante. Los blaugrana supieron igualarla y además se les vio muy cómodos en una pista tan adversa. Pero un desastroso último cuarto lo echó todo a perder. Los turcos anotaron 36 puntos cuando peor lo tenían. Algo que refleja su carácter y ambición.

El perímetro

Fue la clave del partido. El Fenerbahçe anotó 17 triples tras intentarlo 38 veces. Una locura. Una estadística excepcional, tanto por el hecho de que los turcos no lanzan tanto de tres como por el acierto logrado. Un escenario propiciado por el poco protagonismo del juego interior del Fenerbahçe, obligado por la buena defensa del Barça. Y también por el extraordinario partido de Sloukas, Muhammed, Melli o Mahmutoglu.

Este último ejerció de revulsivo en un último cuarto que fue una pesadilla para el Barça. La respuesta blaugrana fue un juego más equilibrado entre los tiros interiores y exteriores, pero que no supo plantear una respuesta efectiva a su rival en el momento clave del partido. El equipo ha perdido dos partidos seguidos en Estambul. Ahora, el objetivo es ganar los cuatro encuentros que restan. Tres en el Palau, y otro fuera ante el Bayern. Aún, todo es posible.