Un Barça demasiado justo

Dembélé vivió un día feliz ante el Villarreal

Dembélé vivió un día feliz ante el Villarreal / Valentí Enrich

Jordi Costa

Jordi Costa

Es cierto que todos los equipos pasan por altibajos a lo largo de la temporada, y que lo importante es llegar fino a la fase decisiva, pero el Barça transmitió frente al Villarreal la sensación de llegar muy justo al tramo final de año. No sabría decir si más pesado de piernas o de cabeza, pero al equipo le va a venir mejor que nunca el parón navideño. 

Es posible que el rendimiento irregular del Barça tenga que ver, como les pasa a otros equipos, con el peaje tradicional de las temporadas post Mundial. Son varios los futbolistas que están en un momento de forma alejado de su mejor versión, como sucede con dos piezas fundamentales como Busquets y Rakitic, e incluso con un Jordi Alba que no está tan inmenso como semanas atrás. El caso de Coutinho cuesta ubicarlo porque no ha alcanzado un nivel alto en ningún momento de la temporada y cada vez parece más abonado a la intermitencia y a la intranscendencia.

Y luego, por supuesto, están las lesiones que han ido condicionando los planes de Valverde. La de Umtiti la está paliando con nota Lenglet, Semedo hace lo que puede con la de Sergi Roberto pero ha costado mucho más hallar antídoto cuando han faltado Arthur y Suárez. La solución ante la baja del delantero centro ha sido reubicar a Messi en la punta de ataque, pero como el argentino tampoco va sobrado de chispa, frente al Villarreal estuvo más discreto que otras veces. Y el concurso de Arturo Vidal en el lugar -que no en la posición- de Arthur ha supuesto más un problema de alteración de los mecanismos que una ayuda. Llama la atención que la ausencia de un futbolista recién llegado y que ni siquiera empezó el curso como titular pueda ser tan sensible. Pero como la plantilla no dispone de otro futbolista de su perfil, Valverde se ha visto obligado a tocar el dibujo, que se pareció más a un 4-2-3-1 tanto en Eindhoven como el domingo.

En estas coordenadas, estoy seguro de que el equipo agradecerá que el partido de Copa de hoy se dé por descontado y que el encuentro de Champions frente al Tottenham no tenga valor alguno, de modo que ya sólo le restan tres esfuerzos ligueros antes de Navidad. Eso sí: un derbi en Cornellà y una visita al sorprendente Levante se presentan más exigentes tras la poca convicción que mostró el Villarreal.

Habrá que aplazar, pues, hasta el nuevo año la esperanza que el fútbol del equipo enganche y que alcance la velocidad de crucero mínima de un equipo que aspira a todo. Hoy por hoy, tocan servicios mínimos.