El Barça debe dejar de ser vulgar

Messi, junto a Valverde antes de jugar en Dortmund

Messi, junto a Valverde antes de jugar en Dortmund / VALENTÍ ENRICH

Toni Frieros

Toni Frieros

Si es cierto que el fútbol siempre te da la oportunidad de levantarte y reivindicarte, el Barça de Ernesto Valverde tiene que demostrarlo esta misma noche en el Nuevo Los Cármenes de Granada. Ya. ¿Por qué? Sencillamente, porque no es de recibo que este Barça, con Messi o sin Messi, no haya ganado todavía un solo partido como visitante. Ni en Bilbao, Pamplona ni Dortmund. Y es más, en esos tres encuentros solamente ha conseguido dos goles... quedándose sin ver puerta en dos de ellos. Son registros, si me lo permiten, vulgares e insuficientes para un equipo como el Barça.

La plantilla azulgrana está construida, y pagada, para conquistar títulos, efectivamente, pero también para hacer disfrutar del camino a su legión de socios y aficionados. Toda la diversión y satisfacción que provocaron su contundentes y abultadas victorias ante Betis y Valencia en el Camp Nou, se convirtió en tostón y bostezo cuando ha jugado en campo ajeno.

Urge, por tanto, que este Barça despierte y recupere la regularidad, que ha sido su santo y seña de los últimos años, ya que, de no haber sido así, no hubiera ganado la Liga. A ver si esta noche, por fin, vuelve ese Barça que domina de verdad, que manda, que acogota a sus rivales, que los somete a la dictadura de su fútbol.

Menos balón hacia atrás, menos fútbol transversal y más ambición ofensiva, más mordiente y más intensidad. Sí, porque con la calidad no es suficiente. Con el escudo, menos. La gran misión de Valverde es lograr que sus jugadores recuperen como visitantes esa pimienta que tienen como locales. No es de recibo dos caras tan opuestas.