Mi partido

El Barça no da la talla y el Espanyol lo aprovecha

Josep Maria Casanovas

EL DÍA QUE MESSI NO EXISTIÓ. Hay que decirlo rápido y claro. El Barça no dio la talla frente a un Espanyol que le superó en entusiasmo, intensidad y actitud. Se creyeron que tenían el partido controlado con un gol de Cesc y al final el Espanyol les quitó dos puntos con un empate que premia su coraje y ambición. Nunca se encontró cómodo el equipo de Guardiola, jamás pudo imponer su fútbol de toque, apenas tuvo presencia en el área contraria y encima Messi estuvo ausente, desconectado. El mismo hombre que en media hora desarboló a Osasuna hace cinco días, ayer caminó por el campo sin chispa, sin capacidad para desbordar, sin remate. Nos tiene tan bien acostumbrados Leo que cuando tiene un día así, está desconocido, parecía que su cabeza estuviera ya puesta en la entrega del Balón de Oro. No pasa nada, un mal día lo tiene cualquiera y Messi tiene bula para esto y mucho más.

UN PENALTI COMO UNA CASA. Sin jugar bien, sin merecer ganar, el Barça estuvo a un paso de la victoria cuando en los minutos finales el árbitro no vio unas manos clarísimas dentro del área blanquiazul. Si esto le pasa al Madrid, seguro que Mourinho y Florentino hubiesen salido en tromba cargando contra el árbitro y acusándole de haberles robado la victoria. En Can Barça las decisiones arbitrales, por injustas que sean, se respetan y no se critican. Sandro Rosell no quiso entrar al trapo cuando le preguntaron en caliente y Guardiola siguió la misma táctica, no se queja nunca de los árbitros y simplemente recordó que deben mejorar las cosas que no han hecho bien. Nosotros sí vamos a decir lo que pensamos: fue un penalti como una casa y queremos pensar que el árbitro no lo vio, aunque nos sorprendió que los jugadores barcelonistas no protestaran más y solicitaran al colegiado que consultara con el linier.

PROBLEMAS EN CAMPO CONTRARIO. Una cosa está clara: al Barça esta temporada le cuesta mucho imponer su superioridad en campo contrario. Su cupo de tropiezos tendría que estar cubierto si no quiere descolgarse más del liderato. Juega muy bien en el Bernabéu pero después pierde dos puntos en campos donde los tropiezos se pagan caros. No hay que lamentarse, hay que levantarse, quedan muchos partidos y el Madrid no lo ganará todo, sin embargo los dos puntos de ayer hacen daño cuando miras la clasificación y vuelves a ver a los blancos a cinco puntos. En casa el Barça es una máquina de hacer goles y en los desplazamientos se conforma con menos y asume demasiados riesgos. El Espanyol de Pochetino lo puso en evidencia con un contraataque rápido y unos marcajes intensos que le cortaron las alas. El empate fue una victoria para el Espanyol mientras que para el Barça es un jarro de agua fría que confirma que esta Liga será durísima.