El Barça es el culpable, ni VAR ni hostias

El Barcelona no pasó del empate ante el Celta

El Barcelona no pasó del empate ante el Celta / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça está tirando la Liga. Empatar con el Celta fue un suicidio deportivo. Otra decepción con sabor a fracaso. De nada sirvió la buena primera parte ya que después fueron a menos jugando a remolque del rival. Fuera de casa el equipo no da la talla, sumar solo 23 puntos de 48 posibles es un balance impropio de un campeón. No hay que buscar enemigos externos ni excusas de mal perdedor. La evidencia es tan clara que pone a la luz tremendos fallos de planificación y gestión. El Barça es el único culpable de sus miserias, ni VAR ni hostias.

El sentimiento de los culés respira indignación, frustración y cabreo. El Barça ha perdido fuerza, recursos y juego. Hasta Messi parece desconocido. Su juego no es decisivo y se echan en falta sus goles. Setién ¡al fin! apostó por la cantera de salida y la fórmula tampoco dio los resultados esperados. Cada semana es más evidente que la plantilla tiene fecha de caducidad, estamos al final de un ciclo triunfal que ha batido el récord de durar diez años. En el vestuario se impone una renovación a fondo, no más parches por favor ni fichajes mediáticos que no funcionan. Los males son más profundos, hay que diseñar antes una estrategia deportiva nueva y elegir un entrenador con capacidad de liderazgo en vestuarios complicados.

Escribimos calientes por la decepción aunque hay que reconocer que hay todavía una luz de esperanza. Quedan seis partidos y no todo está perdido con 18 puntos en juego. El Madrid puede pinchar porque los de Zidane tampoco están para tirar cohetes. El problema es del Barça, Messi y compañía no inspiran la confianza de antes. Parece un equipo moralmente débil y físicamente limitado. El bajón del segundo tiempo en Balaídos fue preocupante. Los cambios no mejoraron nada. Messi vuelve a estar triste y Suárez no ocultó su desencanto tras marcar dos goles que valieron para poco. En Sevilla perdieron el liderato. En Vigo hicieron un regalo al Madrid. Veremos qué pasa el próximo martes en el Camp Nou. No se pueden tener mas fallos si se quiere luchar por el título hasta la última jornada.

Del partido de ayer nos quedamos con cuatro acciones que salvaron el empate. Dos paradones de Ter Stegen y dos goles de Suárez en su condición de depredador del área. La aparición de Riqui Puig y Fati en el once titular fue una buena noticia que mereció mejor suerte. La primera parte rindieron a buen nivel dejando constancia que hay que contar con la cantera para el futuro. Riqui confirmó sus enormes posibilidades siempre y cuando juegue en el primer equipo ya que es la forma de crecer, de coger confianza y aprender de los cracks. Un  valor de futuro indiscutible que hizo olvidar a Arthur. Ansu tuvo una salida fulgurante, es más extremo que Griezmann y crea más peligro de gol. Voto de confianza para los canteranos que generan nuevas expectativas.

Conclusión: suspenso por los dos puntos perdidos que pudieron ser tres si Nolito acierta en el último minuto una ocasión de oro en la que se cantaba gol. Una jornada menos y dos puntos de ventaja para el Madrid si hoy gana a un Espanyol que huele a Segunda.