Barça: consecuencias de una hecatombe sin igual

El barcelonismo tardará muchos años en olvidar la dolorosa noche de Liverpool. Quedará para siempre incrustada en su triste memoria colectiva como hoy, todavía, se recuerda la infausta Copa de Europa perdida ante el Steaua de Bucarest en Sevilla. Y eso que ya han pasado treinta y tres años...

No conozco a un solo culé que pudiera dormir a pierna suelta la noche del miércoles, preguntándose, una y otra vez, cómo pudo ocurrir semejante humillación y hecatombe. Muchos de ellos, también, se miraron al espejo al levantarse... por si acaso habían sufrido una pesadilla. Más que la derrota en sí misma, lo que más ha escocido al socio, al seguidor, fue el cómo, las formas, el fondo... y la reiteración en el ‘delito’:  PSG (4-0), Juventus (3-0), Roma (3-0). Es decir, no estamos hablando de un accidente puntual, producto de una ‘pájara’, es un comportamiento reincidente. 

Y eso que está Messi...

Lo peor de todo es que resulta muy duro tener que admitir que contando en tus filas con Leo Messi, el mejor jugador de todos los tiempos, el FC Barcelona solamente ha levantado una de las últimas ocho Champions League.

Una realidad que demuestra que no se puede poner encima de los hombros de un solo jugador todo el peso de una institución. Y mucho menos esperar que siempre sea él quien saque las castañas del fuego. Haría la lectura al revés: ¿qué hubiera sido del Barça durante estos últimos diez años sin Leo Messi?

¿Y ahora qué?, se preguntaban ayer y se siguen preguntando hoy los barcelonistas. ¿Qué cabeza tiene que rodar? ¿La de Bartomeu?, ¿la de Valverde?, ¿la de Pep Segura y Eric Abidal?, ¿la de alguna vaca sagrada de la plantilla?

Les recuerdo que hace solamente cuarenta y ocho horas, Ter Stegen era el mejor portero del mundo, Piqué estaba excelso, Alba era el gran aliado de Messi, Arthur el digno sucesor de Xavi, Dembélé ya había hecho olvidar a Neymar...  Sí, solo hace unos días el Barça era el mejor equipo del mundo y celebrábamos las 8 ligas en 11 años del Barça, así como la posibilidad  de conquistar la quinta Copa del Rey consecutiva en la final del día 25 en Sevilla... Y todo eso, todo, se ha derrumbado como un castillo de naipes en noventa minutos.

Aparece Joan Laporta

Y yo me pregunto: ¿cómo deberían estar entonces los socios del Real Madrid que ni han ganado la Liga, ni la Copa y también fueron humillados en su casa (1-4) en cuartos de final de la Champions por el Ajax? El único título para el madridismo esta temporada será, precisamente, la eliminación del Barça en Liverpool.

Una derrota que ha vuelto a demostrar cómo es este club y su entorno. Ayer mismo Joan Laporta aprovechó el duelo que está viviendo el barcelonismo para postularse nuevamente como candidato: “Estoy dispuesto a presentarme. Quien quiera podrá votarme”, dijo en su cuenta de twitter. Es verdad que a él le hicieron algo peor en 2008 cuando era presidente y, a la luz de la crisis deportiva, le plantaron una moción de censura.

Entonces, el Barça venía de estar dos temporadas sin ganar nada. Ahora es muy probable que el equipo consiga el segundo doblete consecutivo. ¿Acaso eso no es meritorio?

La gran diferencia entre Laporta y los otros dos precandidatos que ya han anunciado que se presentarán a las elecciomes, Agustí Benedito y Víctor Font, es que estos lo hicieron cuando el Barça estaba en la cresta de la ola y el viento soplaba a favor.

Y ha sido un partido. Solo uno.