El objetivo de las elecciones debe ser superar los 45.000 votos del 2015

Joan Laporta, expresidente del Barça y candidato a las elecciones del próximo 7 de marzo

Joan Laporta, expresidente del Barça y candidato a las elecciones del próximo 7 de marzo / Javi Ferrándiz

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Me niego a hacer leña del árbol caído. No quiero hablar del 1-4. Rechazo las críticas que solo buscan sangre. Basta ya de relamernos las heridas de la Champions. El pasado no tiene solución y hay que mirar al futuro. El Barça continua vivo en tres competiciones y aunque lo tiene muy difícil, el equipo no ha dicho la última palabra y prueba de ello es que el Atlético de Madrid ha perdido cinco puntos en cuatro días en la Liga. Otra cosa es que la institución necesite una reconversión a fondo. De arriba abajo. Se ha tocado fondo a nivel económico y se ha fracasado en la planificación deportiva. Por si faltara algo, la Covid ha dejado el club desnudo, enseñando sus vergüenzas. Lo mejor que puede pasar ahora son las elecciones. Es necesario un cambio de ciclo, aires nuevos. Hay que gestionar el club de otra manera, con mas rigor, con profesionales de primer nivel, sin tirar el dinero. Se necesita un liderazgo fuerte que ponga a los jugadores en su sitio. Que no manden mas allá del vestuario. El fútbol debe prepararse para vivir una etapa de austeridad, de recortes, de sacrificios económicos. Costará remontar el vuelo aunque no tenemos ninguna duda de que el fútbol seguirá siendo el deporte rey. En esta línea de recortes, los que se tendrán que apretar más el cinturón son los que mas ganan, los futbolistas.

En el caso del Barça, la situación clama al cielo. Es el club con la masa salarial mas alta de Europa con diferencia. Hay jugadores que no merecen lo que cobran, no se les puede seguir pagando contratos desmesurados aunque estén en vigor. Alguna solución habrá que encontrar. Y las jóvenes promesas, que se vayan mentalizando que mas pronto que tarde llegarán al fútbol europeo los topes salariales al estilo NBA. Es una cuestión de lógica y sensatez. Con este panorama por delante, hay que reconocer que Laporta, Font y Freixa son unos valientes ya que tendrán que cargar con la herencia envenenada de Bartomeu. Hay ganas de pasar página. Por dicho motivo vislumbramos una alta participación electoral. Partiendo de la base que 22.000 socios han solicitado votar por correo y que hay muchas ganas de ir a votar por parte de los que firmaron la moción de censura, sería un éxito que en tiempo de pandemia se superaran los 45.000 votos del 2015 ya que daría mas fuerza al presidente elegido. Este debe ser el objetivo y el club tiene que hacer una campaña para potenciar la participación. De cara a la recta final de campaña, algún candidato reivindica los debates como factor decisivo.

Conviene recordar que en las últimas elecciones Bartomeu partía como favorito tras conquistar el triplete y solo acepto realizar un debate. Laporta tiene previstos tres, el primero en la radio mas escuchada de Catalunya, RAC1, el segundo debate lo organiza la Federación de Peñas del Barça (retransmitido por Barça TV) y el último y más esperado será en TV3 a dos días de la cita con las urnas. Font pide más debates para contrastar programas, quizás el problema es que no ha sabido conectar con el socio con su discurso electoral.

La clave: El club tiene que hacer una campaña para fomentar la participación.

Economía de guerra y aval reducido

Gane quien gane las elecciones, tendrá que aplicar una economía de mínimos, dicho de otra manera, una economía de guerra. Cuando los ingresos se reducen de forma brutal, no hay otra solución que reducir los gastos en la misma proporción para evitar aumentar el déficit. Aunque hace solo un año, febrero 2020, todavía se pensaba en cuadrar un presupuesto récord de más de 1.000 millones, ahora, con la pandemia prolongada hasta nadie sabe cuándo, la realidad es muy distinta. Bartomeu antes de dimitir aprobó en Junta un presupuesto de 828 millones para la temporada 2020/2021 que no llegó a aprobarse en Asamblea. Aquellos números ya no valen. El nuevo presidente, entre sus tareas prioritarias, deberá elaborar un nuevo presupuesto para presentar a la Asamblea. Los 828 millones pueden reducirse a 628. Los 100 millones que estaba previsto ingresar por la cesión de derechos del Corporate deben restarse, también los 30 previstos de ticketing y los 70 que se calculaban por la venta de jugadores. En consecuencia, si el presupuesto se reduce en 200 millones, el aval que deberá presentar el nuevo presidente también quedará reducido cuando se apruebe el nuevo presupuesto. Se hablaba de un aval de 124 millones que puede quedar reducido a 94, el 15% de 628 millones. Una cosa está clara, los números se impondrán a los deseos. La renovación del equipo dependerá de la auditoria que encargará la nueva Junta Directiva y del nuevo plan de refinanciación de la deuda.