El Barça, ante su gran oportunidad

El Barça no quiere fallar

El Barça no quiere fallar / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Presión compartida

El Palau tiene que hacer el resto. No es fácil ganar dos partidos seguidos en 48 horas. Pero el Barça no puede, no debe, dejar escapar la oportunidad de entrar en la Final Four y, por tanto, en la élite europea. Serán dos partidos de enorme tensión para ambos equipos. Sin duda, los blaugrana parten con el áurea de teóricos favoritos al jugar en casa. Ello transmite una presión difícil de asimilar.

Pero, por contra, también para el Efes será un escenario asfixiante. No han hecho sus deberes en Estambul, y ahora deben reconciliarse con los suyos en una pista que saben que es casi intratable. No olvidemos además que, en el segundo partido, los de Ataman, tuvieron un vértigo incuestionable en el tramo final que, a la postre, les costó la derrota.

El Efes no es un conjunto acostumbrado a las citas exigentes. Es un grupo de calidad que busca un espacio entre los grandes. Pero aún debe demostrar que tiene el suficiente carácter como para eliminar al Barça a domicilio. Y creo que todavía no está preparado.

Ahora,sí

Es lo que hay. El esfuerzo que los blaugrana han desarrollado hasta ahora ha servido para llegar hasta aquí. Y no es poca cosa. Faltan dos partidos para lograr un objetivo espectacular. A buen seguro, todos hubiéramos firmado al inicio de temporada estar donde está el equipo. Los jugadores son conscientes de ello.

Aunque la mayoría tampoco están familiarizados con estas situaciones. No obstante, a lo largo del año los hombres de Pesic han sabido superar, con altos y bajos, momentos comprometidos.

Además, ya saben lo que, en teoría, deben hacer para ganar al Efes. Buena defensa, control del ritmo, atención especial al triángulo Micic-Larkin-Simon, dureza mental y física…En fin, casi lo de siempre. Pero tan importante como los aspectos tácticos será el carácter que transmita el grupo. Han de ser inasequibles al desaliento. Pase lo que pase, han de tener confianza en sus fuerzas. Y esperemos que el Palau haga el resto.